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22 de septiembre de 2025 a las 21:00
Reconstruyendo CDMX: Adiós al pasado, hola al futuro.
La Ciudad de México, aún con las cicatrices de los sismos de 1985 y 2017 grabadas en su memoria, inicia un nuevo capítulo en su historia con la demolición de diez inmuebles afectados por estas tragedias. No se trata solo de derribar estructuras dañadas, sino de reconstruir la confianza y la seguridad de los capitalinos. La Jefa de Gobierno, Clara Brugada Molina, ha sido enfática: cada demolición está respaldada por rigurosos estudios científicos y técnicos que confirman la vulnerabilidad de los edificios y el riesgo que representan para la población. Este no es un proceso arbitrario, sino una intervención cuidadosamente planificada para proteger a la ciudad y a sus habitantes.
El programa de Atención Integral a Inmuebles de Alto Riesgo, presentado desde la emblemática Plaza Tlaxcoaque, representa un compromiso con la transparencia y la responsabilidad. La Jefa de Gobierno ha detallado que el diagnóstico continuará para identificar y priorizar otros inmuebles que requieren intervención, utilizando criterios técnicos como el peligro, la exposición y la vulnerabilidad estructural. Este enfoque integral busca no solo atender las consecuencias de los sismos pasados, sino también prevenir futuras tragedias.
Entre los inmuebles programados para demolición se encuentran dos ubicados en Fray Servando 172 y 174, en el corazón del Centro Histórico. Además, se contemplan seis edificios en la Unidad Habitacional Tlatelolco, un complejo emblemático que también sufrió severos daños en los sismos. La Jefa de Gobierno ha asegurado que se están realizando estudios exhaustivos en Tlatelolco para determinar las acciones necesarias para rehabilitar estos edificios y garantizar la seguridad de sus residentes. A esta lista se suman otros inmuebles privados, como el ubicado en Insurgentes Sur 102, esquina con Niza, y otro en San Antonio Abad número 8, demostrando que la intervención no se limita a edificios públicos, sino que abarca también propiedades privadas que representan un riesgo para la comunidad.
Más allá de la demolición, este programa tiene una visión de futuro. La Jefa de Gobierno ha expresado que en los espacios liberados se crearán áreas dignas, seguras y habitables, devolviendo la vida a las plazas y calles de la capital. No se trata solo de eliminar el riesgo, sino de construir un entorno urbano más resiliente y amable para los ciudadanos. Se busca, además, llegar a acuerdos con los propietarios de inmuebles privados para la producción de vivienda, transformando zonas de desuso y riesgo en oportunidades para el desarrollo urbano.
Este programa, en el marco de la conmemoración de los sismos de 1985 y 2017, no es solo un acto de recuerdo, sino una declaración de compromiso con la seguridad y el bienestar de los habitantes de la Ciudad de México. Es una apuesta por un futuro donde la prevención y la resiliencia sean los pilares de una ciudad más segura y preparada para enfrentar los desafíos que el futuro le depare. Es, en definitiva, una muestra de que la ciudad aprende de sus heridas y se reconstruye con mayor fortaleza.
Fuente: El Heraldo de México