La transformación de México, ese anhelo palpable en cada rincón del país, encuentra un eco resonante en Tabasco. No se trata de promesas vacías, sino de realidades tangibles, de una inversión social sin precedentes que supera los 60 mil millones de pesos, impactando la vida de más de 1.3 millones de tabasqueños. Este es el Segundo Piso de la Cuarta Transformación, una obra conjunta, un esfuerzo coordinado entre la Federación y el Gobierno del Pueblo, que florece bajo el liderazgo de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo y el gobernador Javier May Rodríguez.

En un ambiente festivo, ante la mirada expectante de 25 mil almas reunidas en Villahermosa, se respira la gratitud. El pueblo tabasqueño reconoce y valora el respaldo presidencial, un apoyo que se traduce en programas sociales que llegan a cada hogar, a cada una de las 669 mil viviendas del estado. Es una muestra tangible de que el compromiso no se queda en el discurso, sino que se materializa en acciones concretas, en la mejora palpable de las condiciones de vida de la gente.

El ejemplo más claro de esta colaboración fructífera es la próxima construcción de la chocolatera, un proyecto que no solo impulsará la economía local, sino que permitirá maquilar, desde su origen, el exquisito Chocolate del Bienestar, elaborado con el mejor cacao del mundo. Un cacao que lleva en sí el sabor de la tierra, el aroma de la tradición y la esperanza de un futuro próspero.

Este es el camino correcto, la senda trazada por el presidente Andrés Manuel López Obrador y que hoy continúa con paso firme bajo la conducción de Claudia Sheinbaum. No se trata de una simple continuación, sino de una evolución, de un Segundo Piso que eleva la transformación a un nuevo nivel, consolidando los logros alcanzados y proyectando un futuro aún más brillante.

La presencia de la presidenta Sheinbaum en Tabasco no es solo una visita protocolaria, es un acto de rendición de cuentas, una muestra de transparencia y cercanía con la ciudadanía. Es la confirmación de que el poder reside en el pueblo y que el gobierno tiene la obligación de someterse al escrutinio popular. Es un diálogo abierto, franco y directo, donde se comparten los avances, se escuchan las inquietudes y se construye, de manera conjunta, el futuro de México. Un futuro que se cimenta en la unidad, en la colaboración y en el compromiso inquebrantable de servir al pueblo.

El Segundo Piso de la Cuarta Transformación no es una utopía, es una realidad que se construye día a día, con el trabajo incansable de un gobierno comprometido con el bienestar de su gente. Es la promesa de un México más justo, más próspero y más equitativo, un México donde la transformación no sea solo una palabra, sino una experiencia tangible en la vida de cada mexicano.