La fiebre por los Labubu no se detiene. Estos art toys que han conquistado corazones alrededor del mundo, han dado un salto monumental: ¡tienen su propio parque temático! Olvídense de vitrinas y estanterías, los Labubu han cobrado vida y se han apoderado de un parque de diversiones, donde corretean, juegan y gestionan las atracciones con su peculiar encanto. Las redes sociales, especialmente TikTok, bullen con videos que muestran a estos adorables personajes en tamaño real, interactuando con los visitantes en un entorno mágico.

Popland, como se llama este paraíso Labubu, es el epicentro de esta nueva tendencia. Ubicado en Pekín, China, es el único parque temático dedicado a estas figuras de inspiración nórdica creadas por la diseñadora hongkonesa Kasing Lung. Imaginen la escena: pasear por el parque y encontrarse cara a cara con Molly, SkullPanda, Dimoo y, por supuesto, el adorable Labubu. Una experiencia surrealista que convierte la fantasía coleccionista en una realidad tangible.

Si bien es cierto que la idea de un parque temático evoca imágenes de montañas rusas y atracciones vertiginosas, Popland ofrece una experiencia diferente. No se trata de adrenalina, sino de inmersión. Es una oportunidad única para adentrarse en el universo de Labubu y sus amigos, un oasis de tranquilidad y fantasía en medio del bullicio de la ciudad. Olvídense del estrés y las preocupaciones, aquí reina la magia y la ternura de estos entrañables personajes.

Ahora bien, planificar una visita a Popland requiere tener en cuenta algunos detalles. El parque se encuentra dentro del Parque Chaoyang, ocupa una extensión considerable (más de 40,000 metros cuadrados) y goza de fácil acceso. El precio de la entrada es bastante asequible, oscila entre los 12 y 17 dólares (aproximadamente entre 220 y 315 pesos mexicanos, según el tipo de cambio). Una inversión mínima para una experiencia inolvidable.

Sin embargo, es crucial ajustar las expectativas. Popland no es un Disney o un Universal. No esperen encontrar atracciones extremas que desafíen la gravedad. La propuesta es diferente, más cercana a un paseo relajante que a una descarga de adrenalina. La idea es sumergirse en la atmósfera mágica del mundo Labubu, interactuar con los personajes, tomar fotos y disfrutar de un ambiente único en su tipo.

Así que, si son fans de Labubu y tienen la oportunidad de viajar a Pekín, no pueden dejar pasar la oportunidad de visitar Popland. Es una experiencia que trasciende el simple coleccionismo, una oportunidad para conectar con la fantasía y la ternura de estos personajes que han conquistado al mundo. Un viaje a la tierra de los Labubu, una aventura que quedará grabada en la memoria. ¡Alisten las maletas y prepárense para la magia!