La luz del quirófano se apagó, dejándome en la penumbra de la recuperación. El olor antiséptico del hospital se mezcla con el fantasma del asfalto quemado, un recuerdo punzante del accidente. Desde esta cama en la Cruz Roja, en el corazón de la Ciudad de México, les hablo, mis amores. Soy Genn Taft, y la cuarta temporada de La Más Draga México me vio brillar, pero ahora, la vida me ha dado un giro inesperado, un cambio de vestuario forzoso, por decirlo de alguna manera.

Muchos de ustedes ya lo saben: un accidente en el Periférico, la vorágine de la ciudad devorándome en un instante. Iba en una motocicleta, con un conductor de aplicación, rumbo a… bueno, eso ahora no importa. Lo que importa es el presente, este presente de yesos, vendas y el constante pitido de las máquinas que me acompañan.

En mi live, les conté lo que pasó. La imagen del coche que se cruzó en nuestro camino, la frenada en seco, el vuelo por los aires… todo un espectáculo, pero sin aplausos, solo el silencio aturdido del impacto. Luego, el caos: las sirenas, las voces, el dolor… un borrón que poco a poco va tomando forma en mi memoria.

Aquí estoy, recuperándome. Lentamente, como una flor que se abre paso entre las grietas del asfalto. Las heridas físicas sanarán, el cuerpo tiene esa maravillosa capacidad de regenerarse. Pero las cicatrices emocionales, esas tardan un poco más. El miedo a volver a subir a una moto, la ansiedad que me invade al cerrar los ojos… son batallas que tendré que librar día a día.

Les he contado de mis lesiones, de los huesos rotos, de los raspones y contusiones. No les miento, duele. Duele mucho. Pero más que el dolor físico, me duele la impotencia. La impotencia de no poder estar en el escenario, de no poder compartir mi arte con ustedes, mis queridos fans.

Quiero agradecerles a todos por sus mensajes de apoyo, por sus oraciones, por sus buenas vibras. Cada palabra de aliento es un bálsamo para mi alma, un impulso para seguir adelante. Sepan que los leo a todos, que siento su cariño y que eso me da la fuerza que necesito para superar este bache en el camino.

La vida es una pasarela, llena de luces y sombras. Ahora me encuentro en una de esas sombras, pero sé que pronto volveré a brillar. Volveré más fuerte, más resiliente, más Genn Taft que nunca. Esperen mi regreso, porque la diva está en reposo, pero no vencida. Y cuando regrese, ¡el escenario temblará! Les prometo un espectáculo inolvidable, un canto a la vida, una oda a la superación. Los amo, mis amores, y nos vemos pronto. Mientras tanto, sigan brillando, sigan soñando, sigan viviendo con la intensidad de una estrella fugaz.