El eco de la risa de Débora Estrella aún resuena en los pasillos de Telediario, un eco ahora teñido de tristeza e incredulidad. Su partida repentina ha dejado un vacío imposible de llenar, no solo en la pantalla, donde su carisma iluminaba las mañanas, sino también en los corazones de quienes tuvieron la fortuna de conocerla. Más que una presentadora, Débora era una amiga, una colega, una "claxonera" de corazón, como la recuerdan con cariño Los Claxons, la banda sonora de sus días y ahora, el himno de su despedida.

La imagen publicada por la banda en Instagram, donde se ve a Débora radiante junto a Mauricio Sánchez e Ignacio Llantada, encapsula la esencia de su espíritu: una sonrisa perpetua, un abrazo cálido y una alegría contagiosa. Esa fotografía, ahora atesorada como un preciado recuerdo, nos recuerda la importancia de valorar los momentos compartidos, de abrazar la vida con la misma pasión que Débora demostraba día a día. Su amor por Los Claxons no era un secreto, era una parte integral de su identidad, una melodía que la acompañaba en cada paso. Y es precisamente esa música, ese "Antes que al mío" resonando en el estudio vacío, lo que nos permite sentir su presencia, como un susurro en el viento, un eco de su risa inconfundible.

Las anécdotas compartidas por Joel Valdez y Rodrigo Rico, sus compañeros de Telediario, pintan un retrato aún más vívido de Débora. Las "discusiones a broma" por la música, la insistencia en comenzar el programa con las notas de Los Claxons, son pequeños detalles que ahora cobran un significado profundo, un testimonio de su personalidad vibrante y su amor incondicional por la banda. Esas pequeñas batallas musicales, ahora recuerdos imborrables, demuestran la huella imborrable que Débora dejó en sus colegas, quienes la recuerdan no solo como una profesional excepcional, sino como una amiga entrañable.

Más allá de la pantalla, Débora cultivaba pasiones que alimentaban su alma. Su amor por los caballos, por ejemplo, reflejaba su conexión con la naturaleza, su espíritu libre y su búsqueda constante de la belleza en el mundo. Era una mujer multifacética, una abogada con una vocación innata por la comunicación, una conductora que conquistaba con su naturalidad y una amiga leal que irradiaba alegría. Su legado trasciende la televisión, se extiende a todos aquellos que tuvieron la suerte de cruzarse en su camino, dejando una estela de sonrisas, de música y de un amor por la vida que resonará por siempre.

La partida de Débora Estrella nos recuerda la fragilidad de la existencia y la importancia de vivir cada día al máximo, de perseguir nuestros sueños con la misma pasión que ella demostraba, de sonreír con la misma intensidad y de abrazar la vida con el corazón abierto. Su recuerdo permanecerá vivo en cada nota de Los Claxons, en cada amanecer en Telediario y en el corazón de todos aquellos que la amaron. Débora, la claxonera eterna, siempre presente en nuestros corazones.