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22 de septiembre de 2025 a las 15:30

Adiós, Jay: El Último Mensaje

La desaparición de Jay Slater en Tenerife en 2014 sigue siendo un misterio que conmociona y genera escalofríos. A pesar de que se determinó la causa de su muerte como accidental, tras una caída en una zona montañosa, la incertidumbre que rodeó su caso y las teorías de conspiración que surgieron a raíz de su ausencia lo convierten en un relato digno de una novela de suspense. Imaginen la escena: un joven de 19 años, lleno de vida, viajando a Tenerife para disfrutar de un festival de música electrónica. La energía vibrante, la música palpitante, la promesa de una experiencia inolvidable… y de repente, el silencio.

Slater, un aprendiz de albañil de Lancashire, Reino Unido, se comunicó por última vez con su amiga Lucy la madrugada del 17 de junio. Desorientado y perdido, describió un escenario inquietante: rodeado de maleza, sin saber cómo regresar a su alojamiento Airbnb. La batería de su teléfono móvil, su único vínculo con el mundo exterior, se agotó, dejándolo a merced de la oscuridad y la soledad en un terreno desconocido. Casi un mes después, el 15 de julio, la peor noticia llegó a sus familiares y amigos: Jay Slater había sido encontrado sin vida.

La angustia de la espera, la desesperación de la búsqueda y el devastador desenlace alimentaron un sinfín de especulaciones. En la era digital, las redes sociales se convirtieron en el epicentro de un torbellino de teorías, algunas descabelladas, otras inquietantemente plausibles. Se habló del robo de un Rolex, de un supuesto asesino a sueldo, incluso de un encuentro fatal con un enorme cactus. La imaginación colectiva se desbordó, tejiendo una red de hipótesis que, si bien carecían de fundamento, reflejaban la necesidad de encontrar una explicación, de dar sentido a lo inexplicable.

La realidad, sin embargo, parece ser mucho más prosaica, aunque no menos trágica. Desorientado tras separarse de sus amigos en el festival, Jay Slater se adentró en la accidentada geografía tinerfeña, recorriendo, según los informes, cerca de 48 kilómetros por la zona montañosa. En la oscuridad y la confusión, una caída fatal selló su destino. La maleza que le rodeaba, aquella que describió en su último mensaje a Lucy, se convirtió en su último testigo.

El caso de Jay Slater nos recuerda la fragilidad de la vida y la importancia de la precaución, especialmente en entornos desconocidos. También nos habla del poder de las redes sociales para amplificar tanto la información como la desinformación, creando narrativas que a veces se alejan de la verdad. Más allá de las teorías conspirativas, lo que queda es la historia de un joven cuya vida se truncó demasiado pronto, un recordatorio doloroso de que incluso en los momentos de celebración, el peligro puede acechar. Y la pregunta, aún resonando en el aire: ¿qué hubiera pasado si…? ¿Si la batería de su teléfono no se hubiera agotado? ¿Si hubiera encontrado el camino de regreso? Interrogantes que, lamentablemente, nunca tendrán respuesta. El reciente video encontrado en un carrete de fotos, mencionado en el tweet, abre una nueva ventana a la investigación, aunque aún no se ha revelado su contenido. ¿Aportará nuevas pistas? ¿Confirmará la versión oficial? El misterio de Jay Slater, a pesar del tiempo transcurrido, sigue vivo.

Fuente: El Heraldo de México