22 de septiembre de 2025 a las 01:10
Justicia para Chechito: 17 años por la ruleta rusa
La tragedia que envolvió la vida de Sebastián, cariñosamente llamado "Chechito", ha conmocionado a la sociedad duranguense. Un simple acto de buscar un trabajo para ayudar a su familia se convirtió en una pesadilla que culminó con su vida a la temprana edad de 14 años. El 6 de septiembre quedará grabado en la memoria colectiva como el día en que la inocencia fue brutalmente arrebatada dentro de una panadería, un lugar que debería evocar el aroma a pan recién horneado, pero que ahora se impregna con el amargo olor de la injusticia.
La reconstrucción de los hechos, a partir de los testimonios de la hermana de Sebastián, Leslie Salazar, y del abogado Zuriel Rosas, pinta un cuadro desgarrador. "Chechito", un niño con autismo que se esforzaba por contribuir al bienestar familiar, acudió a la Panadería Durango en busca de una oportunidad laboral. Ya había realizado pequeñas tareas en el establecimiento, llevando charolas o haciendo mandados, con la ilusión de ganarse unas monedas. Sin embargo, ese día, la respuesta a su solicitud de trabajo no fue la esperada. Lejos de encontrar una mano amiga, se topó con la crueldad de Dante "N", presunto dueño de la panadería, quien, según las investigaciones, orquestó el macabro juego que le costó la vida a Sebastián.
La "ruleta rusa", un acto de irresponsabilidad extrema, se convirtió en el instrumento de la tragedia. Dante "N", según el relato del abogado, giró el tambor del revólver cargado con una sola bala, apuntó al pecho del indefenso "Chechito" y apretó el gatillo. Tres veces se burló la suerte del destino del menor, hasta que en el cuarto intento, la bala encontró su objetivo, apagando para siempre la luz de sus jóvenes ojos. La frialdad y la perversidad de este acto resultan incomprensibles, dejando una profunda herida en la conciencia colectiva.
La actuación de los otros dos implicados, Uriel "N" e Isaac "N", también arroja sombras sobre este caso. Mientras Uriel "N" llevó a Sebastián a la Cruz Roja, donde llegó sin vida, Isaac "N", quien también resultó herido por el disparo que atravesó el cuerpo del niño, fue atendido en un sanatorio privado. La justicia ha comenzado a actuar. Uriel "N", en un procedimiento abreviado, se declaró culpable y fue sentenciado a 17 años y 6 meses de prisión. Isaac "N", por su parte, está vinculado a proceso por homicidio calificado con ventaja y podría enfrentar una pena de entre 20 y 50 años.
Sin embargo, la sombra de la impunidad aún se cierne sobre este caso. Dante "N", el presunto autor intelectual del crimen, continúa prófugo de la justicia. Su captura se ha convertido en una prioridad para la Fiscalía General del Estado de Durango, y la familia de "Chechito" clama por que se haga justicia. La búsqueda de Dante "N" no es solo una cuestión legal, sino un imperativo moral. Es la exigencia de una sociedad que no puede tolerar que la vida de un niño sea arrebatada de forma tan vil e impune. La memoria de "Chechito" exige justicia, y la sociedad duranguense espera que pronto se cierre este capítulo con la captura del responsable y el peso completo de la ley sobre él. Mientras tanto, la herida sigue abierta, un recordatorio constante de la fragilidad de la vida y la necesidad de construir una sociedad más justa y segura para todos, especialmente para los más vulnerables.
Fuente: El Heraldo de México