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21 de septiembre de 2025 a las 18:25
El legado de alegría de Débora Estrella
La partida de Débora Estrella ha dejado un vacío inmenso en la familia de Telediario. Esta mañana, el silencio en el set era palpable, un silencio roto solo por las voces entrecortadas de Joel Valdez y Rodrigo Rico, quienes con profundo dolor y con los ojos aún llenos de incredulidad, compartieron anécdotas que pintaban a Débora no solo como una brillante profesional, sino como una mujer excepcional. Una silla vacía en el estudio se convirtió en el símbolo de su ausencia, un recordatorio constante de la alegría y energía que ella irradiaba cada mañana.
Recordaron su pasión por Los Claxons, su grupo favorito, y las bromas que compartían al discutir sobre la música del fin de semana. Joel, con una sonrisa nostálgica, rememoró esas charlas matutinas, mientras que Rodrigo la describió como una líder nata, una maestra que impartía lecciones de vida con su carisma y sabiduría. Una consejera innata, siempre dispuesta a extender una mano amiga y compartir su experiencia.
Más allá de las cámaras, Débora era una amante de la vida, una mujer que disfrutaba cada bocado con una intensidad única. "Amaba la comida", comentó Rodrigo, "no conocía a nadie que amara tanto la comida como Débora. Comía de todo, decía que a las piedras les faltaba sal". Una anécdota que refleja su peculiar sentido del humor y su inagotable optimismo. Esa sonrisa genuina que conquistaba a la audiencia cada fin de semana era, según sus compañeros, un reflejo fiel de su espíritu.
Su empatía, tanto en la vida cotidiana como en su labor periodística, era otra de sus cualidades más destacadas. Se entregaba por completo a cada historia, transmitiendo con sinceridad sus emociones, ya fuera alegría, tristeza o indignación ante las injusticias. "No podemos estar tristes todo el tiempo", expresaron Joel y Rodrigo, "sabemos que se encuentra en un mejor lugar. A nosotros nos duele, nos ha dejado en shock, pero en honor a Débora, le rendiremos el homenaje que se merece".
Durante la transmisión, se sucedieron las imágenes de una Débora radiante, improvisando, bailando, entregada a su pasión por el periodismo. Su puntualidad, su compromiso y su incansable energía eran admirables. "Siempre quería estar haciendo algo, y si no, se lo inventaba", recordaron con cariño.
Su amor por los caballos, su afición al hipismo, quedó plasmado en videos de sus entrenamientos dominicales. Débora vivía intensamente cada faceta de su vida, disfrutaba del contacto con la gente, y esa energía la compartía generosamente con los espectadores de Canal 6 cada fin de semana. "Fue mucha luz", añadió uno de los invitados al programa, "una gran persona que brindaba una amistad incondicional".
"Una mujer íntegra, con valores, una dama en todo el sentido de la palabra", la describió Joel Valdez. "La gente quería a Débora por su sencillez, su carisma, su educación, su inteligencia y sus valores".
La noticia de su repentino fallecimiento, tras el accidente aéreo en García, Nuevo León, ha conmocionado a todos. Débora viajaba con frecuencia a su natal Monterrey por motivos familiares. "Quién diría que un domingo, al volar a su ciudad, ocurriría esta tragedia", lamentaron sus compañeros, aún sin poder asimilar la dolorosa realidad. Su recuerdo permanecerá vivo en el corazón de quienes tuvieron el privilegio de conocerla, y su legado de alegría, pasión y profesionalismo seguirá inspirando a las futuras generaciones de periodistas.
Fuente: El Heraldo de México