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21 de septiembre de 2025 a las 18:10

Camina y Adelgaza: La Ciencia Revela Cuánto

Adentrémonos en el fascinante mundo de la caminata, una actividad tan cotidiana que a menudo subestimamos su poder. Mucho más allá de un simple paseo, caminar se revela como una herramienta eficaz para esculpir nuestro cuerpo y fortalecer nuestra salud. Pero, ¿cómo sacarle el máximo provecho? Desvelemos los secretos para transformar cada paso en una inversión en bienestar.

La clave reside en la intensidad. No es lo mismo un paseo tranquilo por el parque que una marcha enérgica. Imaginemos dos escenarios: un suave recorrido a 5 km/h y una caminata vigorosa a 7 km/h. La diferencia en el consumo calórico es notable. Mientras que en el primer caso quemamos entre 150 y 200 calorías en media hora, en el segundo la cifra se dispara, optimizando nuestros esfuerzos.

Pensemos en un objetivo concreto: perder un kilogramo. Sabemos que esto implica un déficit de aproximadamente 7.700 calorías. Si mantenemos un ritmo moderado, necesitaremos recorrer entre 120 y 180 kilómetros. Sin embargo, al aumentar la velocidad, la distancia se acorta, acercándonos a la meta con mayor rapidez.

Pero no se trata solo de velocidad, sino también de constancia. Los expertos recomiendan al menos 150 minutos semanales de actividad física moderada, lo que se traduce en 30 minutos diarios durante cinco días. Si buscamos resultados más visibles, podemos ampliar la duración a 60 minutos. Visualicemos el impacto acumulativo de este hábito: cada día, una hora dedicada a nuestro bienestar, una hora para conectar con nuestro cuerpo y revitalizar nuestra energía.

La caminata, sin embargo, no actúa en solitario. Para alcanzar una pérdida de peso efectiva, debemos acompañarla de una alimentación equilibrada. Imaginemos una sinfonía de nutrientes, donde cada alimento desempeña un papel crucial en nuestra orquesta corporal. Frutas, verduras, proteínas magras y cereales integrales se combinan en una melodía de salud y vitalidad.

Y para potenciar aún más los resultados, podemos incorporar ejercicios de fuerza. No se trata de convertirnos en atletas de élite, sino de fortalecer nuestra musculatura, aumentando nuestro metabolismo y esculpiendo nuestra figura. Pensemos en las sentadillas, las flexiones, las planchas… pequeños retos que nos acercan a una versión más fuerte y saludable de nosotros mismos.

Es importante recordar que cada individuo es un universo único. Lo que funciona para uno puede no ser efectivo para otro. Por ello, la consulta con un especialista es fundamental. Un profesional de la salud o del fitness podrá diseñar un plan personalizado, adaptado a nuestras necesidades y objetivos, guiándonos en el camino hacia el bienestar.

Finalmente, no olvidemos el placer de caminar. Más allá de la quema de calorías y la tonificación muscular, caminar nos permite conectar con nuestro entorno, despejar la mente y disfrutar del simple acto de movernos. Sintamos el sol en la piel, la brisa en el rostro, el contacto con la naturaleza… Convirtamos cada caminata en una experiencia sensorial, un regalo para nuestro cuerpo y nuestra mente.

Fuente: El Heraldo de México