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21 de septiembre de 2025 a las 15:45
Alerta Sísmica: ¿Dónde Tembló Hoy?
La madrugada del 21 de septiembre nos recordó una vez más la realidad sísmica de México. Un sismo de magnitud 4.0, con epicentro cerca de Ciudad Hidalgo, Chiapas, sacudió la tierra sin llegar a activar la alerta sísmica en la Ciudad de México. Este evento, aunque de menor intensidad, se suma a una serie de movimientos telúricos recientes, como el registrado en Acapulco, Guerrero, el día anterior, con una magnitud de 4.2. Estos eventos, aunque no causan daños significativos, nos mantienen en alerta y nos recuerdan la importancia de la prevención.
Es fundamental comprender la dinámica de estos fenómenos. Las placas tectónicas, gigantescos fragmentos de la litosfera, están en constante movimiento. La fricción entre ellas acumula energía que, al liberarse bruscamente, genera las ondas sísmicas que percibimos como temblores. La magnitud, medida con la que cuantificamos la energía liberada, y la profundidad del epicentro, el punto en la superficie directamente sobre el origen del sismo, son factores clave para determinar su impacto. En este caso, la magnitud 4.0 del sismo en Chiapas, junto con su profundidad de 9.8 kilómetros, explican por qué no se activó la alerta sísmica en la capital.
El Sistema de Alerta Sísmica Mexicano (SASMEX) es una herramienta crucial para la prevención. Su activación depende de un complejo análisis que considera la magnitud y la distancia del epicentro. Sismos de magnitud cercana a 6.0 son los que generalmente activan las alarmas en la Ciudad de México, proporcionando valiosos segundos para tomar medidas de seguridad. Los microsismos, por otro lado, con magnitudes inferiores a 4.0, suelen ser demasiado breves y localizados para que el sistema pueda generar una alerta efectiva. La rapidez con la que las ondas sísmicas alcanzan la superficie en estos casos hace prácticamente imposible una anticipación significativa.
La información proporcionada por el Servicio Sismológico Nacional (SSN) es vital para entender estos eventos. El registro detallado de cada sismo, incluyendo la hora, la ubicación precisa del epicentro (latitud y longitud), la profundidad y la magnitud, permite a los expertos analizar patrones y mejorar los sistemas de alerta. Además, la tomografía sismológica, una técnica que utiliza las ondas sísmicas para estudiar el interior de la Tierra, nos proporciona información valiosa sobre la estructura y composición de nuestro planeta.
Ante la constante actividad sísmica en México, la preparación es nuestra mejor defensa. Las autoridades de Protección Civil recomiendan tener un plan familiar de emergencia, identificar zonas seguras dentro y fuera de la vivienda, y participar en simulacros. Conocer las medidas de seguridad, como agacharse, cubrirse y sostenerse, puede marcar la diferencia en una situación de emergencia. Mantener la calma, informarse a través de fuentes oficiales y evitar la propagación de rumores son acciones igualmente importantes. La prevención y la conciencia colectiva son nuestras herramientas más poderosas ante la inevitable fuerza de la naturaleza. Recordemos que vivir en una zona sísmica implica una responsabilidad compartida: la de estar preparados y protegernos mutuamente.
Fuente: El Heraldo de México