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20 de septiembre de 2025 a las 04:00

Top 10: Terremotos Devastadores

La tierra tiembla, la memoria persiste. El 19 de septiembre, una fecha grabada a fuego en el corazón de México, nos recuerda la fuerza implacable de la naturaleza y la fragilidad de nuestras construcciones. A ocho años del terremoto de 2017, que dejó una profunda cicatriz en la Ciudad de México y otros estados, volvemos la mirada hacia la historia sísmica global, un catálogo de tragedias que nos conmina a la reflexión y a la preparación.

Si bien el sismo de 2017 fue devastador, la historia nos muestra eventos aún más catastróficos. El terremoto de Shaanxi, China, en 1556, se erige como el más mortífero jamás registrado. Imaginen una sacudida de magnitud 8, que arrasa con ciudades enteras, dejando un saldo de más de 830,000 vidas. Xi'an, la capital de Shaanxi, fue el epicentro de esta tragedia, pero sus efectos se extendieron a lo largo de 800 kilómetros. Las crónicas de la época describen escenas apocalípticas: fisuras en la tierra, agua brotando del suelo, murallas, templos y hogares reducidos a escombros.

Más recientemente, en 2010, Haití sufrió un terremoto de magnitud 7.0 que cobró la vida de aproximadamente 300,000 personas, dejando a más de un millón sin hogar. La devastación fue tal que casi la mitad de las estructuras en la zona del epicentro quedaron destruidas. Un recordatorio brutal de la vulnerabilidad de las naciones en desarrollo ante estos fenómenos.

China, un país con una larga historia sísmica, también fue testigo del terremoto de Haiyuan en 1920. Con una magnitud de 8.5, este sismo se considera el más grande del siglo XX en el país. Las provincias de Gansu y Shaanxi también se vieron afectadas, pero fue Haiyuan el condado que sufrió las mayores pérdidas, con más de 70,000 fallecidos, casi el 60% de su población.

Retrocediendo en el tiempo, encontramos el terremoto de Hongdong en 1303, que se cree fue el primer sismo de magnitud 8 registrado en el norte de China, con un saldo aproximado de 270,000 víctimas.

Antioquía, en la actual Turquía, ha sido escenario de múltiples tragedias sísmicas a lo largo de la historia. En el año 115, un terremoto de magnitud 7.4 destruyó la ciudad y otras cuatro localidades, dejando 260,000 muertos. La presencia del emperador Trajano y sus tropas, junto con visitantes y embajadas, incrementó el número de víctimas. En el año 525, otro terremoto de magnitud 7 azotó Antioquía, cobrando la vida de aproximadamente 250,000 personas.

En 1139, Alepo, la ciudad más poblada de Siria, fue devastada por un terremoto que dejó un saldo aproximado de 230,000 muertos.

El terremoto del Océano Índico en 2004, de magnitud 9.1, generó tsunamis devastadores que afectaron a varios países, con un total de más de 220,000 víctimas. Indonesia fue la nación más afectada, con más de 160,000 fallecidos. A veinte años de la tragedia, los testimonios de los sobrevivientes siguen conmoviendo al mundo.

Irán también ha sufrido la furia de la tierra. En 856, un terremoto en Damghan causó la muerte de 200,000 personas. En 1780, Tabriz fue devastada por un sismo de magnitud 7.7, con un saldo estimado entre 50,000 y 200,000 víctimas.

Estos eventos, marcas imborrables en la historia de la humanidad, nos recuerdan la importancia de la prevención, la investigación y la solidaridad internacional. Aprender del pasado es crucial para construir un futuro más seguro y resiliente ante los desafíos de la naturaleza.

Fuente: El Heraldo de México