20 de septiembre de 2025 a las 05:35
Reencuentro milagroso: Niña vuelve a casa tras 3 años
La historia de esta pequeña de cuatro años nos conmueve y nos recuerda la oscura realidad del tráfico de personas. Imaginen, apenas un bebé de once meses, arrebatada de los brazos de su madre en México, para luego ser encontrada tres años después en República Dominicana, viviendo bajo una identidad falsa. Es un caso que nos hiela la sangre, pero que también nos da una luz de esperanza gracias a la colaboración internacional y la incansable labor de las autoridades.
El rescate de la niña, ocurrido el pasado 23 de julio en el sector Bella Vista de Santo Domingo, fue como una escena sacada de una película. Agentes policiales, fiscales y representantes de la Dirección Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia (Dinnaf) trabajando en conjunto, allanando una vivienda donde la pequeña vivía con otros dos niños, ajena a todo el drama que se desarrollaba a su alrededor. ¿Qué habrá pasado por la mente de esos pequeños? ¿Qué historias ocultarán esas paredes?
La prueba de ADN, con un contundente 99.9% de certeza, confirmó lo que el corazón de la madre colombiana seguramente ya sabía: su hija estaba viva, la habían encontrado. Pero el reencuentro no sería inmediato. Primero, la pequeña ingresó a un programa de protección de víctimas del Ministerio Público, un espacio seguro para procesar el trauma, para recibir el apoyo psicológico necesario y prepararse para volver a los brazos que la habían extrañado por tanto tiempo. Un proceso crucial para su bienestar, para que la transición fuera lo más suave posible después de una experiencia tan traumática.
Detrás de este secuestro, se encuentra la figura de Miguel Antonio Torres Hernández, un hombre con múltiples identidades: Kevin León Wooden, Shaban Kuka… ¿Quién es realmente este individuo? ¿Cuáles son sus motivaciones? Las autoridades lo señalan como el principal responsable, quien habría retenido a la niña en Guadalajara, Jalisco, para luego trasladarla a República Dominicana con documentos falsificados. La investigación revela, además, que presuntamente era pareja de la madre y posible padre biológico de la niña, lo cual añade una capa aún más compleja a esta historia. Actualmente se encuentra en prisión preventiva en el Centro de Corrección y Rehabilitación Najayo Hombres, en San Cristóbal, esperando el juicio que determinará su culpabilidad.
Pero la historia no termina ahí. Viviana Villarreal Cambero, cómplice de Torres Hernández, también enfrenta cargos por suplantar la identidad de la menor y presentarla en documentos falsos como su propia hija. ¿Qué la llevó a participar en este delito? ¿Qué precio tendrá que pagar por su colaboración en este terrible acto?
Este caso no solo nos habla del dolor de una familia separada, sino también de la importancia de la cooperación internacional en la lucha contra el crimen transnacional. La colaboración entre las autoridades de México, Colombia, República Dominicana y la Interpol fue fundamental para el éxito de este rescate. Es un recordatorio de que las fronteras no son impedimento para la justicia, de que la unión de fuerzas puede traer esperanza donde parecía no haberla. Y es un llamado a la reflexión sobre la necesidad de fortalecer estos lazos internacionales para combatir la trata de personas, un delito que destruye vidas y familias.
Finalmente, la niña ha regresado a Colombia, a los brazos de su madre. Después de tres largos años, el abrazo que tanto anhelaban se ha hecho realidad. Un final feliz en una historia llena de dolor, un testimonio de la perseverancia, la esperanza y el poder de la colaboración internacional. Ahora comienza un nuevo capítulo para esta pequeña, un capítulo lleno de amor, seguridad y la oportunidad de sanar las heridas del pasado. Un futuro que le fue arrebatado, pero que hoy, gracias al esfuerzo conjunto, ha sido recuperado.
Fuente: El Heraldo de México