20 de septiembre de 2025 a las 09:20
¡Imposible! No te lo pierdas.
La sombra del fascismo, un fantasma que recorre la historia, vuelve a cernirse sobre el mundo contemporáneo. En los años 30, Sinclair Lewis, con pluma profética, nos advertía de la fragilidad de la democracia con su novela "Esto no puede pasar aquí". Hoy, su obra resuena con una fuerza estremecedora, como un eco perturbador que nos recuerda que la historia, a menudo, se repite.
La figura de Berzelius "Buzz" Windrip, el líder fascista que se apodera de Estados Unidos en la novela de Lewis, encuentra inquietantes paralelismos en la figura de Donald Trump. Más allá de las etiquetas políticas, la retórica nacionalista, la apelación a los valores tradicionales, el discurso antimigrante y la exaltación de la propia nación como superior, dibujan una preocupante semejanza entre la ficción y la realidad.
El debate sobre si la presidencia de Trump puede ser calificada como fascista, neofascista o populista reaccionario sigue abierto. Lo cierto es que la obra de Lewis nos invita a reflexionar sobre la facilidad con la que un discurso demagógico puede seducir a las masas y erosionar los cimientos de la democracia. "Esto no puede pasar aquí", se repetía con incredulidad en la novela, una frase que se convirtió en un grito de alarma ante el ascenso de Trump. La historia nos demuestra que lo impensable puede ocurrir, que la democracia no es un derecho adquirido, sino una conquista que debe ser defendida día a día.
La reedición de la obra de Lewis en el contexto actual no es casual. El auge de la ultraderecha en Europa y América Latina, la normalización de discursos xenófobos y racistas, y la creciente tolerancia hacia violaciones de derechos humanos, crean un clima propicio para el resurgimiento de ideologías autoritarias. La segunda presidencia de Trump, lejos de ser una imposibilidad, se presenta como una ironía cruel, una confirmación de que la historia no siempre avanza en línea recta, sino que puede retroceder hacia los abismos del totalitarismo.
La obra de Lewis no es una profecía en el sentido literal, sino una advertencia, un espejo que refleja las debilidades de la sociedad y la facilidad con la que puede ser manipulada. El contexto en el que Lewis escribió su novela, marcado por el ascenso del fascismo en Europa y la figura de Huey Long en Estados Unidos, nos recuerda que las semillas del autoritarismo siempre están presentes, esperando el momento oportuno para germinar.
El resurgimiento de "Esto no puede pasar aquí" nos obliga a confrontar nuestros propios demonios, a analizar las grietas de nuestras sociedades y a preguntarnos qué estamos haciendo para evitar que la historia se repita. La lucha contra el fascismo, el neofascismo o cualquier forma de autoritarismo no es una batalla del pasado, sino una lucha constante que exige vigilancia, conciencia crítica y una defensa férrea de los valores democráticos. No podemos permitirnos la complacencia de pensar que "esto no puede pasar aquí", porque la historia nos enseña que sí puede, y que de hecho, ya ha ocurrido en numerosas ocasiones. La obra de Sinclair Lewis es un recordatorio constante de esa peligrosa posibilidad, una llamada a la acción para que la historia no se repita.
Fuente: El Heraldo de México