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20 de septiembre de 2025 a las 03:05

DJ pone ritmo al último adiós en TikTok

La viralidad en tiempos de TikTok es un fenómeno tan impredecible como fascinante. En esta ocasión, el epicentro de la controversia digital lo ocupa un video que ha desatado risas, indignación y un mar de interrogantes. El protagonista, un usuario que se identifica como “Aldo”, nos presenta una escena surrealista: un DJ en pleno apogeo musical, aparentemente en medio de un velorio. La frase “Rest in fucking peace, Doris”, pronunciada con irreverencia por el supuesto DJ antes de lanzar un beat electrónico, es la chispa que enciende la mecha de la polémica.

La imagen es, cuanto menos, chocante. Un hombre sin camisa, moviendo la cabeza con frenesí al ritmo de la música, ajeno al solemne contexto que lo rodea. Los asistentes, sentados en sillas, observan con una mezcla de perplejidad e incomodidad. Algunos, incluso, abandonan la sala, aparentemente indiferentes al espectáculo musical. El grito de una voz femenina, repitiendo “DJ ALDO” a lo largo de la canción, añade otra capa de extrañeza a la ya de por sí peculiar escena.

La pregunta que todos se hacen es: ¿realidad o ficción? La duda es legítima. La calidad de la producción, la actuación de los presentes y la naturalidad con la que se desarrolla la escena, siembran la incertidumbre. Sin embargo, investigaciones posteriores apuntan a que se trata de una elaborada broma orquestada por un tiktoker especializado en contenido cómico. Esto, sin embargo, no ha disipado por completo las dudas. ¿Es el escenario real? ¿Se trata de una funeraria en funcionamiento? La verosimilitud de la escenografía alimenta la controversia.

Aunque el video sea una puesta en escena, la idea de un DJ en un funeral no es tan descabellada como podría parecer. Diversas noticias y reportajes en internet documentan casos similares, donde la música se utiliza como una forma de celebrar la vida del difunto y acompañar a los familiares en el duelo. Culturas de todo el mundo integran la música en sus rituales funerarios, desde las bandas de jazz en los funerales de Nueva Orleans hasta las emotivas canciones tradicionales en otras partes del mundo.

El debate generado por el video de “Aldo” trasciende la simple anécdota viral. Nos invita a reflexionar sobre los límites del humor, la apropiación de espacios tradicionalmente considerados sagrados y la forma en que las redes sociales amplifican y distorsionan la realidad. ¿Es lícito utilizar un funeral, un momento de dolor y recogimiento, como escenario para una broma? ¿Dónde está la línea que separa la irreverencia del irrespeto? Estas son preguntas que quedan flotando en el aire, mientras el video de “Aldo” continúa acumulando visualizaciones y comentarios, alimentando la incesante conversación digital. La viralidad, como un DJ en un funeral, ha llegado para quedarse, y con ella, la polémica.

Más allá de la controversia, el video de “Aldo” nos recuerda el poder transformador de las redes sociales. Un simple clip de video, con una pizca de humor y una buena dosis de misterio, puede generar un debate global, cuestionar nuestras percepciones y recordarnos que la línea entre la realidad y la ficción es, a veces, tan difusa como el humo de una vela en un velorio. ¿Qué opinas tú? ¿Crees que el video de “Aldo” es una broma ingeniosa o una falta de respeto? Comparte tu opinión en los comentarios y únete a la conversación.

Fuente: El Heraldo de México