19 de septiembre de 2025 a las 18:35
Sheinbaum defiende a diputada
La sombra de la sospecha se cierne sobre el panorama político mexicano. Las recientes acusaciones del Departamento del Tesoro de Estados Unidos contra la diputada Hilda Araceli Brown, vinculándola al Cártel de Sinaloa, han generado un terremoto político cuyas réplicas aún se sienten en los pasillos del poder. La respuesta de la Presidenta Claudia Sheinbaum, afirmando la falta de pruebas suficientes, abre un nuevo capítulo en esta historia, dejando entrever la compleja relación entre ambos países en la lucha contra el narcotráfico. ¿Se trata de una acusación infundada o la punta del iceberg de una trama más profunda?
La declaración de la mandataria en la mañanera del 19 de septiembre, no solo pone en tela de juicio la solidez de las pruebas presentadas por Estados Unidos, sino que también revela la delicada coordinación entre la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) mexicana y las agencias estadounidenses. Sheinbaum aseguró que la UIF tuvo conocimiento previo del caso, sin embargo, la falta de evidencias contundentes impidió la congelación de cuentas en territorio nacional. Esta situación plantea interrogantes cruciales: ¿Qué tipo de información compartió Estados Unidos con México? ¿Cuáles son los criterios que utiliza la UIF para determinar la suficiencia de las pruebas? ¿Existe una brecha entre los estándares probatorios de ambos países?
La designación de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) no se limita a la diputada Brown, sino que abarca a otras 21 personas físicas y morales en México. Esta acción pone de manifiesto la amplia red de influencia del crimen organizado y la necesidad de una cooperación internacional más efectiva. Sin embargo, la falta de transparencia en cuanto a las pruebas presentadas genera un clima de incertidumbre y abre la puerta a especulaciones. ¿Se trata de una estrategia de presión política? ¿Existen intereses ocultos detrás de estas acusaciones?
La respuesta de la UIF, anunciando un bloqueo administrativo y el análisis de la información financiera de los designados, muestra la disposición de México para colaborar en la investigación. No obstante, la importancia de respetar el debido proceso y la presunción de inocencia se convierte en un factor clave. La UIF enfatiza el carácter preventivo de la medida, sin prejuzgar la responsabilidad penal. ¿Qué garantías existen para proteger los derechos de los acusados? ¿Cómo se evitará que estas designaciones se conviertan en una herramienta de persecución política?
El caso de Hilda Araceli Brown se convierte en un paradigma de los desafíos que enfrenta México en la lucha contra la corrupción y el narcotráfico. La necesidad de fortalecer las instituciones, garantizar la transparencia y promover la cooperación internacional basada en pruebas sólidas, se presenta como un imperativo para construir un Estado de Derecho sólido y combatir la impunidad. El futuro de la diputada Brown, y el de la lucha contra el crimen organizado en México, dependen en gran medida de la respuesta a estas preguntas.
Fuente: El Heraldo de México