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19 de septiembre de 2025 a las 08:50
Padre abandona a su hijo en el DIF
La indolencia paternal ha alcanzado un nuevo y desgarrador nivel en Celaya, Guanajuato. Un hombre, amparado en la excusa de la insoportabilidad de su hijo de tan solo 13 años, lo abandonó a su suerte en las oficinas del Desarrollo Integral de la Familia (DIF) este 18 de septiembre. El acto, ocurrido en medio de la aparente normalidad de un evento gubernamental, ha conmocionado a la comunidad y desatado una intensa búsqueda por parte de las autoridades.
Imaginen la escena: un padre llega al DIF con dos de sus hijos, un niño de 13 años y una niña pequeña. Solicita hablar con un especialista, un gesto que podría interpretarse como la búsqueda de ayuda. Sin embargo, la realidad era mucho más cruda. Tras cruzar las puertas de la institución, el hombre confiesa a una psicóloga su intención de abandonar al niño, argumentando no poder más con su comportamiento. ¿Qué tipo de desesperación lleva a un padre a tal extremo? ¿Qué tipo de "insoportabilidad" justifica, en su mente, el abandono de un hijo a la deriva?
El cinismo del acto se intensifica con la frialdad con la que el hombre procede. Tras una breve conversación con su hija menor, abandona el lugar, escabulléndose entre la multitud que asistía al evento gubernamental en la explanada cercana. A pesar de la rápida reacción de la Policía Municipal, el sujeto logra evadir la justicia, subiendo a un vehículo – donde presuntamente lo esperaba otro de sus hijos – y huyendo por la Avenida Irrigación. La imagen del padre escapando, dejando atrás a su hijo desamparado, es una bofetada a la responsabilidad parental y una dolorosa muestra de la fragilidad de los lazos familiares.
Mientras las autoridades continúan la búsqueda del hombre, cuyo nombre permanece en el anonimato, el niño de 13 años se encuentra bajo la custodia del DIF municipal. Su testimonio revela un trasfondo aún más desolador: el menor relata haber sufrido diversos tipos de violencia al interior de su hogar, un ambiente marcado por la precariedad emocional y la ausencia de un entorno protector.
Este caso no es un hecho aislado, sino un reflejo de una problemática social más profunda. La violencia intrafamiliar, la falta de recursos para la atención de la salud mental y la desintegración del tejido social son factores que contribuyen a situaciones tan dramáticas como esta. La pregunta que queda en el aire es: ¿qué tipo de sociedad estamos construyendo cuando un niño se convierte en una carga “insoportable” para su propio padre?
Las autoridades buscan al hombre por el presunto delito de abandono de menor, pero la sanción penal no será suficiente para reparar el daño emocional infligido al niño. Es fundamental que este caso sirva como un llamado de atención para fortalecer las políticas públicas de protección a la infancia y brindar apoyo a las familias en situación de vulnerabilidad. El futuro de nuestros niños depende de nuestra capacidad para crear un entorno donde puedan crecer seguros, protegidos y amados. No podemos permitir que la “insoportabilidad” se convierta en sinónimo de abandono.
Fuente: El Heraldo de México