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19 de septiembre de 2025 a las 09:30

Morena 2026: ¿Cuánto costará?

La sombra de la deuda se cierne sobre México. Mientras la Cámara de Diputados se prepara para debatir el paquete económico 2026, la preocupación ciudadana crece. No se trata solo de números en un papel, sino del impacto tangible en la vida de millones de familias. El futuro financiero del país se debate en un contexto de endeudamiento histórico, una realidad que nos obliga a preguntarnos: ¿a dónde va el dinero?

Seis años de gobierno han visto cómo la deuda pública ha escalado del 44% al 50% del PIB, una cifra alarmante que proyecta un escenario aún más sombrío para el final del sexenio, superando los 16 billones de pesos. Una deuda que duplica la heredada en 2018. Y la pregunta crucial sigue sin respuesta: ¿en qué se ha traducido este endeudamiento masivo para los mexicanos?

La respuesta, lamentablemente, no se encuentra en la mejora de los servicios públicos. Nuestros hospitales siguen colapsados, las carreteras se deterioran por falta de mantenimiento y la inseguridad asfixia a estados y municipios, desprovistos de los recursos necesarios para combatirla. La deuda crece, pero el desarrollo prometido no llega. Se dibuja una paradoja cruel: un país más endeudado, pero no más próspero.

Lo más preocupante es la aparente normalización de este gasto descontrolado. Se pretende presentar el endeudamiento como sinónimo de justicia social, cuando en realidad es una hipoteca sobre el futuro. Compromete las posibilidades de inversión para las próximas generaciones y limita la capacidad del Estado para responder a futuras crisis. Se está construyendo un futuro precario, donde las familias, de golpe, se verán obligadas a apretarse el cinturón.

La inflación que erosiona el poder adquisitivo, el estancamiento económico que frena el progreso y la escasez de oportunidades son síntomas de una política económica que prioriza el rédito electoral a corto plazo sobre el crecimiento sostenible. Un modelo que sacrifica el futuro en el altar del presente.

Es urgente un cambio de rumbo. Necesitamos un paquete fiscal responsable, que optimice el uso de los recursos, combata la corrupción que desangra las arcas públicas y promueva un crecimiento económico estable. No podemos seguir hipotecando el futuro para sostener un espejismo de prosperidad.

La discusión del paquete económico 2026 no es un mero trámite burocrático. Es una decisión crucial que definirá el futuro de México. Debemos elegir entre la ruta del endeudamiento sin resultados o la senda de la responsabilidad y la visión de Estado. Es hora de exigir un manejo responsable de las finanzas públicas, una planificación a largo plazo y un gobierno que piense más allá del siguiente ciclo electoral. El futuro del país está en juego.

Fuente: El Heraldo de México