19 de septiembre de 2025 a las 06:25
México: Listo para el futuro.
El 19 de septiembre, una fecha grabada a fuego en la memoria colectiva de México, no solo conmemora las tragedias de 1985 y 2017, sino que también se ha convertido en un símbolo de resiliencia y un recordatorio constante de la importancia de la prevención. Este año, el Simulacro Nacional 2025 toma una relevancia aún mayor, consolidándose como un ejercicio vital para fortalecer la cultura de la prevención ante los embates de la naturaleza. No se trata simplemente de un simulacro, sino de una reafirmación de nuestra capacidad de respuesta ante la adversidad, una demostración palpable de que la prevención, en efecto, es nuestra fuerza.
Imaginemos por un instante la magnitud de este ejercicio: millones de personas, desde los más pequeños en las aulas de preescolar hasta los estudiantes universitarios, participando activamente en un ensayo de evacuación y organización. Oficinas, empresas, hogares, todos unidos en un mismo propósito: prepararnos para protegernos. El sonido de 14,491 altavoces resonando a lo largo y ancho del país, especialmente en las zonas de mayor riesgo sísmico, será un llamado a la acción, un recordatorio sonoro de que la prevención no es un juego, sino una cuestión de vida o muerte.
Este año, además, seremos testigos de un hito en la historia de la protección civil en México: la puesta a prueba del sistema de alertamiento por telefonía celular. Imaginen la potencia de esta herramienta: un mensaje de alerta llegando a cada rincón del país, a cada dispositivo móvil encendido, sin importar la compañía telefónica, el saldo o la conexión a internet. Con esta innovación, México se une a un selecto grupo de países que han comprendido la importancia de la tecnología en la salvaguarda de vidas humanas, dando un paso gigantesco hacia un futuro donde la información oportuna puede marcar la diferencia entre la tragedia y la supervivencia.
Este avance tecnológico no es un logro aislado, sino el resultado de un largo camino recorrido. Hace cuatro décadas, el panorama era desolador: un país sin un sistema nacional de protección civil, enfrentando la furia de la naturaleza con escasas herramientas. Hoy, la realidad es otra. Contamos con planes familiares de emergencia, brigadas internas en edificios, protocolos escolares y una coordinación efectiva entre los distintos niveles de gobierno. Hemos aprendido de las tragedias del pasado, transformando el dolor en acción, la vulnerabilidad en fortaleza.
La prevención no es un acto pasivo, sino una actitud proactiva que se construye día a día. Es la conversación familiar sobre qué hacer en caso de un sismo, es la participación activa en los simulacros, es la revisión constante de las medidas de seguridad en nuestros hogares y lugares de trabajo. Es, en definitiva, una inversión en nuestro futuro, una apuesta por la vida. El Simulacro Nacional 2025 es una oportunidad para recordar que la preparación es nuestra mejor defensa, que la unidad nos hace más fuertes y que, juntos, podemos construir un México más seguro y resiliente.
Fuente: El Heraldo de México