México se encuentra en un momento histórico, un punto de inflexión que nos coloca en el centro de la atención mundial. La primera elección popular del Poder Judicial no es solo un hito en nuestra historia democrática, sino un ejemplo para el mundo. Imaginen, por generaciones, la judicatura fue vista como un ente distante, ajeno a las preocupaciones del pueblo. Hoy, gracias a la Cuarta Transformación, la justicia se acerca al ciudadano, se vuelve tangible, palpable. Ya no son figuras intocables las que imparten justicia, sino representantes elegidos por el pueblo, responsables ante el pueblo. Este cambio, sin precedentes, nos sitúa como referente democrático a nivel global. Los ojos del mundo nos observan, analizan nuestros avances, aprenden de nuestra experiencia. Es un orgullo ser mexicano en estos tiempos de transformación.

El camino no ha sido fácil. Años de abandono, de políticas que favorecían a unos cuantos, dejaron profundas heridas en el tejido social. Pero con la llegada de la Cuarta Transformación, se inició un proceso de sanación, de reconstrucción. Se han implementado programas sociales que benefician a millones de mexicanos, programas que no distinguen colores partidistas, porque la ayuda debe llegar a quien la necesita, sin importar su ideología. El aumento al salario mínimo, la inversión extranjera directa, la lucha contra la pobreza, son ejemplos tangibles del cambio que estamos viviendo. Aún queda mucho por hacer, pero la semilla del progreso ya está sembrada y comienza a dar frutos.

Guerrero, cuna de los Sentimientos de la Nación, es testigo de este cambio. La inversión social histórica que se está realizando en el estado, con programas como las pensiones para adultos mayores y personas con discapacidad, Jóvenes Construyendo el Futuro, entre otros, demuestran el compromiso del gobierno con el bienestar de su gente. No se trata solo de cifras, sino de historias de vida, de familias que recuperan la esperanza, de jóvenes que encuentran oportunidades. Es un trabajo conjunto, un esfuerzo coordinado entre el gobierno federal y estatal, para llevar la transformación a cada rincón del país.

La visita de la presidenta Claudia Sheinbaum a Guerrero no es una simple visita protocolaria. Es un acto de cercanía, de diálogo, de rendición de cuentas. Es la muestra palpable de que el gobierno está presente, escuchando las necesidades del pueblo, trabajando de la mano con la ciudadanía. Es un compromiso con la transformación, con la construcción de un México más justo, más igualitario, más democrático. Un México que se levanta con la frente en alto, un México que es ejemplo para el mundo. La transformación avanza, y lo hace con la fuerza y la determinación de un pueblo unido. El futuro se construye hoy, y lo construimos juntos.