19 de septiembre de 2025 a las 03:10
Menor de edad herido en balacera
El estruendo de las balas rompió la tranquilidad vespertina de Villa Juárez, Navolato, este 18 de septiembre. La carretera “La 20”, escenario de una violencia que se creía en retroceso, volvió a teñirse de rojo. Un enfrentamiento entre grupos armados, a plena luz del día y a la altura de la pista La Luna, dejó un saldo de al menos seis personas heridas, víctimas inocentes atrapadas en el fuego cruzado. Entre ellas, la imagen más desgarradora: un niño de tan solo tres años, Miguel, quien junto a sus padres, Francisco y Victoria, de 31 años, se desplazaba en motocicleta cuando la lluvia de balas los alcanzó. Imaginen el terror, la desesperación de estos padres al ver a su pequeño hijo herido, el silbido de las balas pasando cerca, la incertidumbre de no saber si sobrevivirían. Una escena que ningún padre debería presenciar, una cicatriz que quedará grabada a fuego en la memoria de esta familia y de toda la comunidad.
Las esquirlas y los impactos de bala también alcanzaron a otros civiles que transitaban por la zona. Luis Fernando, de 23 años, caminaba por las inmediaciones, ajeno al peligro que se cernía sobre él. Gilberto Missael, también de 23, y Susana Margarita, de 42 años, vieron cómo la tarde tranquila se transformaba en una pesadilla. Todos ellos, con heridas de diversa consideración, fueron trasladados de urgencia a diferentes hospitales de la región. La angustia se extiende ahora a las salas de espera, donde familiares y amigos aguardan noticias sobre su estado de salud. La incertidumbre se convierte en una losa pesada, en una plegaria silenciosa por la recuperación de sus seres queridos.
El eco de los disparos resonó durante largos minutos, sembrando el pánico entre los habitantes de Villa Juárez y los automovilistas que transitaban por la carretera. Un recordatorio brutal de la violencia que acecha, que irrumpe sin previo aviso y que deja tras de sí un reguero de dolor y miedo. La vida cotidiana se paraliza, el temor se apodera de las calles, las familias se encierran en sus hogares, buscando refugio ante la barbarie.
Tras el tiroteo, la respuesta de las autoridades no se hizo esperar. La Policía Estatal Preventiva, el Ejército Mexicano y la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana desplegaron un operativo en la zona del ataque, buscando a los responsables y tratando de restablecer el orden. También se reforzó la seguridad en los hospitales donde se atiende a los heridos, una medida necesaria para garantizar la seguridad de las víctimas, sus familias y el personal médico.
Sin embargo, la pregunta que todos se hacen es ¿hasta cuándo? ¿Hasta cuándo Villa Juárez seguirá siendo escenario de esta violencia sin sentido? Las autoridades no descartan que haya más personas afectadas, una posibilidad que estremece y que pone de manifiesto la gravedad de la situación. La investigación apenas comienza, pero la comunidad exige justicia, exige respuestas, exige que se tomen medidas efectivas para erradicar la violencia que les roba la tranquilidad y les condena a vivir con miedo. Este nuevo episodio de violencia no puede quedar impune. Es necesario un compromiso real de las autoridades para garantizar la seguridad de los ciudadanos y para que Villa Juárez deje de ser un sinónimo de violencia en Sinaloa. La paz y la tranquilidad son derechos que no se pueden seguir postergando.
Fuente: El Heraldo de México