Un merecido homenaje a la columna vertebral de Monterrey. Sesenta y cuatro servidores públicos, rostros curtidos por años de dedicación y esfuerzo, recibieron un reconocimiento que trasciende la simple placa conmemorativa. Es un reconocimiento a la vida entregada al servicio de la ciudad, a las madrugadas que sacrificaron, a las familias que apoyaron desde la trinchera del trabajo público. No son solo nombres en una lista, son las manos que han construido la Monterrey que hoy conocemos, la que se proyecta al mundo con orgullo. Son los cimientos invisibles, pero inquebrantables, de nuestra ciudad.

Imaginen la cantidad de historias que se esconden detrás de cada uno de esos 31, 32, 33 años de servicio ininterrumpido. ¿Cuántos alcaldes vieron pasar? ¿Cuántas transformaciones urbanas presenciaron? ¿Cuántos retos superaron con la camiseta de Monterrey bien puesta? Detrás de cada arruga, de cada cana, hay una anécdota, una lección, un fragmento de la historia misma de nuestra ciudad. Son la memoria viva de Monterrey, un archivo viviente de experiencias y conocimientos que no se encuentran en ningún libro.

El alcalde Adrián de la Garza no solo entregó placas, entregó un mensaje de gratitud profunda, un reconocimiento a la labor silenciosa, pero esencial, de estos hombres y mujeres. Reconoció el sacrificio personal que implica la dedicación al servicio público, ese dejar de lado las necesidades propias para atender las ajenas. Es una vocación que exige entrega, compromiso y una profunda convicción de servicio. Y es precisamente ese espíritu de servicio el que ha permitido que Monterrey se consolide como una ciudad de renombre internacional, como un referente de desarrollo y progreso.

Este homenaje, sin precedentes en la historia de la ciudad, no es solo un acto protocolario. Es un parteaguas, un punto de inflexión que nos invita a reflexionar sobre el valor del capital humano en la construcción de una sociedad próspera. Las palabras del Secretario de Administración, Marcelo Segovia, resonaron con fuerza: "Monterrey se construye con personas". Y es cierto. Son las personas, con su compromiso y dedicación, las que dan vida a los proyectos, las que transforman los sueños en realidades. Invertir en el capital humano es invertir en el futuro de la ciudad.

La presencia de Horacio Reyes Santos, Secretario General del Sindicato Municipal, Norma Cura, Directora de Recursos Humanos, y Fernando Margáin, Jefe de Gabinete, subraya la importancia de este evento. Es un mensaje de unidad, de reconocimiento a la labor conjunta de todos los actores involucrados en el desarrollo de la ciudad. Es la demostración palpable de que trabajando juntos, con un objetivo común, podemos alcanzar grandes logros.

Más allá de la ceremonia, más allá de las placas y los discursos, queda el legado imborrable de estos servidores públicos. Su ejemplo nos inspira, nos motiva a seguir construyendo una Monterrey más fuerte, más humana, más próspera. Un Monterrey que honre el trabajo y la dedicación de quienes han entregado su vida al servicio de la comunidad.