19 de septiembre de 2025 a las 09:25
Descubre con quién deberías andar
La amistad, ese lazo invisible pero poderoso que nos une a ciertas personas a lo largo de la vida, es un tesoro invaluable. Compartimos risas, penas, sueños y miedos con aquellos que elegimos como compañeros de viaje en esta aventura que llamamos vida. Nos buscan, los buscamos, nos encontramos y construimos un espacio de confianza, un refugio donde podemos ser nosotros mismos sin máscaras ni pretensiones. La verdadera amistad se basa en la reciprocidad, en el apoyo mutuo, en la lealtad inquebrantable y en una complicidad que nos permite entendernos con una sola mirada. Es un vínculo que se fortalece con el tiempo, que resiste las tormentas y que nos brinda la certeza de que no estamos solos.
Sin embargo, a veces nos encontramos con situaciones que nos hacen cuestionar la naturaleza misma de la amistad. ¿Qué sucede cuando las personas que consideramos amigos se ven envueltas en actos cuestionables, incluso ilícitos? ¿Cómo podemos conciliar la lealtad que sentimos hacia ellos con nuestros propios valores y principios? La reciente captura del exsecretario de Seguridad de Tabasco, Hernán Bermúdez Requena, alias “Comandante H” o “El Abuelo”, nos obliga a reflexionar sobre las "amistades peligrosas" y sus implicaciones en la esfera política.
La figura del "Comandante H", presuntamente ligado a la banda criminal "La Barredora", plantea interrogantes sobre la relación que mantenía con el exgobernador de Tabasco, Adán Augusto López. ¿Era una amistad genuina o una alianza estratégica basada en intereses oscuros? ¿Conocía el exgobernador las actividades ilícitas de su "amigo"? Estas preguntas, que resuenan con fuerza en la opinión pública, exigen respuestas claras y contundentes. No podemos permitir que la opacidad y la impunidad se apoderen de nuestro sistema político.
La democracia, ese sistema que tanto nos ha costado construir, se encuentra amenazada por la corrupción y el autoritarismo. Mientras Latinoamérica se ve sumida en una ola de gobiernos que buscan perpetuarse en el poder, México no puede quedarse atrás. Debemos exigir transparencia y rendición de cuentas a nuestros gobernantes. No podemos tolerar que las "amistades peligrosas" influyan en las decisiones políticas y pongan en riesgo el bienestar de la nación.
La situación actual del país, marcada por la violencia, la inseguridad y la crisis económica, nos exige estar más vigilantes que nunca. No podemos permitir que la indiferencia y la apatía nos conviertan en cómplices de la destrucción de nuestras instituciones. Debemos alzar la voz y exigir un cambio. La captura del "Comandante H" es una oportunidad para reflexionar sobre el tipo de líderes que queremos para nuestro país. ¿Líderes rodeados de "amigos" con pasados turbios o líderes comprometidos con la justicia y la transparencia? La respuesta, aunque compleja, es crucial para el futuro de México.
El refrán popular "dime con quién andas y te diré quién eres" cobra especial relevancia en estos tiempos convulsos. Las amistades, sin duda, reflejan nuestros valores y principios. Por ello, es fundamental elegir con cuidado a quienes nos rodean, asegurándonos de que compartan nuestra visión de un mundo más justo y equitativo. La amistad, ese tesoro invaluable, no debe ser utilizada como una herramienta para encubrir la corrupción y la impunidad. Al contrario, debe ser un motor para construir un México mejor, un México donde la justicia y la verdad prevalezcan por encima de cualquier interés personal o político.
Fuente: El Heraldo de México