18 de septiembre de 2025 a las 19:10
Tragedia en Oaxaca: Clases Suspendidas
La sombra de la violencia se cierne nuevamente sobre la Sierra Sur de Oaxaca, recordándonos la fragilidad de la paz y el alto costo de los conflictos territoriales. La disputa por dos mil hectáreas de tierra entre Santiago Amoltepec y Santa María Zaniza ha cobrado un nuevo precio, dejando un saldo desolador: dos vidas segadas y más de tres mil estudiantes sumidos en la incertidumbre, sin poder asistir a clases. El eco de los disparos resuena en la memoria colectiva, mientras la angustia se apodera de las familias que ven cómo la tierra, fuente de sustento y arraigo, se convierte en escenario de dolor y desolación.
El hallazgo del cuerpo sin vida de José Santiago Gutiérrez, tras tres días de angustiosa búsqueda, ha conmocionado a la comunidad de Amoltepec. Un disparo en el pecho, bajo el puente Río Algodón, silenció para siempre la voz de este hombre de 62 años. Imaginemos el desgarrador dolor de su hija, Silvia Santiago, al recibir la noticia, al enfrentarse a la cruel realidad de una vida arrebatada por la violencia. El despliegue de las autoridades estatales y judiciales, aunque tardío, refleja la gravedad de la situación y la urgente necesidad de frenar esta espiral de violencia que amenaza con consumir la región.
La educación, pilar fundamental para el desarrollo de cualquier sociedad, también se ve afectada por este conflicto. Más de tres mil estudiantes han visto interrumpido su proceso de aprendizaje, un duro golpe para su futuro y para el progreso de estas comunidades. Mil quinientos estudiantes de Santa María Zaniza y dos mil doscientos de Santiago Amoltepec permanecen en sus hogares, a la espera de que se restablezcan las condiciones de seguridad que les permitan regresar a las aulas. La voz del Secretario de Prensa y Propaganda de la Sección 22 del CNTE, Luis Alberto López Pazos, se alza para denunciar esta situación, exigiendo garantías para el regreso seguro a clases. ¿Qué futuro les espera a estos niños y jóvenes si la violencia les roba la oportunidad de educarse, de construir un futuro mejor?
El Secretario de Gobierno, Jesús Romero López, ha hecho un llamado al diálogo, reconociendo el sufrimiento de ambas comunidades, el miedo que se ha apoderado de las familias. Sus palabras, cargadas de preocupación, nos recuerdan que en estos conflictos no hay vencedores, solo víctimas. Víctimas son los niños que crecen en un ambiente de temor, las esposas que esperan el regreso de sus maridos, las familias que lloran la pérdida de sus seres queridos. El diálogo, la búsqueda de soluciones pacíficas, se presenta como el único camino para romper el ciclo de violencia que ha marcado la historia de esta región durante más de seis décadas.
El recuerdo del 13 de abril de 1986, fecha imborrable en la memoria colectiva, nos advierte sobre la magnitud de la tragedia que se puede desatar si no se atienden las raíces del conflicto. La masacre ocurrida en el paraje Potrillo Angosto, donde perdieron la vida 28 comuneros de Santa María Zaniza, es un recordatorio doloroso de la fragilidad de la vida y la necesidad imperiosa de encontrar soluciones duraderas que permitan la convivencia pacífica entre estas comunidades. La disputa por la tierra no puede seguir cobrando vidas, no puede seguir privando a los niños de su derecho a la educación, no puede seguir sembrando el miedo y la desolación en la Sierra Sur de Oaxaca. Es hora de apostar por el diálogo, por la justicia y por la construcción de un futuro en el que la paz sea el valor supremo.
Fuente: El Heraldo de México