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18 de septiembre de 2025 a las 18:30
Elimina tus deudas ¡ahora!
La ansiedad por las deudas puede ser abrumadora. Despertar con esa presión en el pecho, el dolor de cabeza punzante y la preocupación constante por el futuro financiero es una realidad para muchos. El Buró de Crédito, esa entidad que a veces parece un monstruo en las sombras, se convierte en el centro de nuestras angustias. Sin embargo, es importante entender que el Buró no es el enemigo, sino un reflejo de nuestra salud financiera. Y como todo reflejo, puede cambiar.
Si bien es cierto que el Buró registra nuestros incumplimientos, también es cierto que ofrece una oportunidad para reconstruir nuestra credibilidad. La clave está en comprender cómo funciona el sistema y cómo podemos utilizarlo a nuestro favor. Mucha gente cree que una vez que se entra al Buró, la marca queda para siempre. Esto es un mito. La información negativa no permanece indefinidamente. De hecho, existe un plazo establecido para la eliminación de los registros, que varía según el monto de la deuda.
Para deudas menores a 25 UDIS, la información se elimina después de un año. Si la deuda oscila entre 25 y 500 UDIS, el plazo es de dos años. Para montos entre 500 y 1000 UDIS, la espera es de cuatro años. Y para las deudas mayores a 1000 UDIS, el registro desaparece después de seis años, siempre y cuando se haya liquidado el adeudo, no se haya incurrido en nuevos impagos y se haya actualizado la información en el Buró. Es fundamental tener en cuenta que estos plazos comienzan a contar a partir del primer reporte de atraso o de la última actualización de la información por parte del otorgante del crédito.
Pero, ¿qué significa esto en la práctica? Significa que, incluso si hemos cometido errores en el pasado, tenemos la posibilidad de limpiar nuestro historial crediticio. No se trata de esperar pasivamente a que el tiempo borre los registros, sino de tomar medidas activas para sanear nuestras finanzas. Pagar puntualmente nuestras deudas, aunque sean pequeñas, es un paso crucial para demostrar nuestra responsabilidad financiera. Incluso si no podemos liquidar la totalidad de la deuda de inmediato, podemos negociar con nuestros acreedores para establecer un plan de pagos que se ajuste a nuestras posibilidades.
Es importante recordar que el Buró de Crédito no es quien aprueba o rechaza las solicitudes de crédito. Su función se limita a proporcionar la información crediticia a las instituciones financieras que la solicitan, con nuestra autorización. Son las instituciones financieras las que, basándose en esta información y otros factores como nuestros ingresos, edad, compromisos de pago y historial laboral, deciden si nos otorgan o no el crédito.
Por lo tanto, no debemos ver al Buró de Crédito como un obstáculo insalvable, sino como una herramienta que nos permite monitorear y mejorar nuestra salud financiera. Informarse, comprender las reglas del juego y tomar decisiones responsables son las claves para recuperar la tranquilidad y construir un futuro financiero sólido. No hay que desesperar. Siempre hay una salida, un camino hacia la recuperación. El primer paso es informarse y actuar.
Fuente: El Heraldo de México