El regreso de Erick Montes a los escenarios mexicanos es más que una simple presentación, es un reencuentro con las raíces, una celebración del talento forjado en la tierra que lo vio nacer y que ahora, enriquecido por la experiencia internacional, retorna para compartir su arte transformador. No se trata solo de un bailarín excepcional, sino de un artista que ha trascendido las fronteras geográficas y artísticas para convertirse en una voz propia dentro del panorama de la danza contemporánea. Su trayectoria, marcada por la perseverancia y la pasión, es un testimonio del poder del arte para conectar culturas y trascender barreras.

Desde sus inicios en México, en compañías como Barro Rojo Arte Escénico y la Escuela Nacional de Danza Clásica y Contemporánea, Montes demostró una innata capacidad para comunicar a través del movimiento. Esa "aura", esa presencia magnética que lo distingue, lo impulsó a buscar nuevos horizontes, llevándolo a la vibrante escena neoyorquina de la mano de Stephen Petronio. Imaginen la escena: un joven bailarín mexicano, lleno de sueños y talento, conquistando la Gran Manzana, abriéndose paso en un mundo competitivo con la fuerza de su arte.

Su paso por la compañía de Bill T. Jones no solo consolidó su carrera, sino que lo expuso a nuevas formas de expresión y le brindó la oportunidad de colaborar con uno de los coreógrafos más influyentes de nuestro tiempo. Trece años de aprendizaje, de crecimiento, de constante exploración, que lo moldearon como el artista que es hoy. Un artista que, a pesar del reconocimiento internacional, no olvida sus orígenes, lleva a México tatuado en la piel y en el corazón.

La decisión de obtener la ciudadanía estadounidense no diluyó su identidad mexicana, al contrario, la enriqueció con una perspectiva bicultural que se refleja en su trabajo. Montes representa la riqueza de la diáspora mexicana, la capacidad de adaptación y la fuerza de la identidad cultural que persiste a pesar de la distancia. Su experiencia como inmigrante, con sus desafíos y sus triunfos, añade una capa de profundidad a su arte, convirtiéndolo en un portavoz de una generación que busca su lugar en el mundo.

El Festival Internacional de Danza Cuerpo al Descubierto, bajo la dirección de Maribel Michel, se convierte en el escenario perfecto para este esperado regreso. El Teatro Raúl Flores Canelo del Cenart vibrará con la energía de Montes, con la potencia de su movimiento y la profundidad de su expresión. Será una oportunidad única para presenciar la magia de un artista en plena madurez, un artista que ha encontrado su voz propia y que está dispuesto a compartirla con el público mexicano.

Más allá de la función, la clase magistral que impartirá Erick Montes representa una invaluable oportunidad para las nuevas generaciones de bailarines. Compartir su experiencia, su conocimiento y su visión es un acto de generosidad que enriquecerá la escena dancística mexicana. Es una invitación a explorar nuevas formas de movimiento, a descubrir el potencial creativo que reside en cada uno de nosotros.

La historia de Erick Montes es un ejemplo de perseverancia, talento y pasión. Es una historia que nos inspira a perseguir nuestros sueños, a romper barreras y a celebrar la riqueza de nuestras raíces. No se pierdan la oportunidad de ser testigos de su regreso, de ser parte de este reencuentro con un artista excepcional. La danza, como lenguaje universal, nos conecta con lo más profundo de nuestro ser, y Erick Montes, con su arte, nos invita a un viaje transformador. No se lo pierdan.