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18 de septiembre de 2025 a las 17:25

Alerta: ¡Lafufus, peligro de asfixia!

La tranquilidad de un hogar se ve perturbada por la amenaza invisible de un juguete aparentemente inocente. Imaginen la escena: un niño, con la alegría brillando en sus ojos, recibe un peluche, un "Lafufu", una imitación del popular Labubu. Lo abraza, lo lleva consigo a todas partes, incluso a la hora de dormir. Pero este pequeño compañero de juegos, en lugar de brindar confort y diversión, esconde un peligro mortal. Su tamaño reducido, perfecto para las pequeñas manos de un niño, se convierte en una trampa letal. Cabe en su boca, obstruyendo sus vías respiratorias, robándole el aliento, silenciando su risa. La pesadilla de cualquier padre se materializa en un instante.

La Comisión de Seguridad de Productos del Consumidor (CPSC) ha alzado la voz, lanzando una alerta que resuena como una sirena de alarma. Los "Lafufus", esas copias piratas que inundan el mercado, son una amenaza real. No solo por su tamaño, sino también por su fragilidad. Se rompen con facilidad, liberando pequeños trozos que, al igual que el juguete completo, pueden asfixiar a un niño. Imaginen esos fragmentos, casi invisibles, alojándose en la garganta de un pequeño, impidiéndole respirar, mientras la angustia se apodera de sus padres.

La CPSC ha identificado múltiples envíos de estos productos provenientes de China, un flujo constante de peligro que intenta infiltrarse en nuestros hogares. Peter A. Feldman, presidente interino de la CPSC, no ha escatimado palabras: estos juguetes son peligrosos, ilegales y no tienen cabida en nuestros hogares. Su llamado a la prudencia es un eco que debe resonar en cada familia: "Proteja a sus hijos y compre solo a vendedores de confianza".

¿Cómo distinguir un "Lafufu" de un Labubu auténtico? La CPSC ofrece una serie de recomendaciones para detectar estas falsificaciones. Presten atención a los detalles, a la calidad del material, al etiquetado. Unos minutos de observación pueden marcar la diferencia entre la seguridad y el peligro. No se dejen engañar por precios bajos o por la apariencia similar. La vida de un niño no tiene precio.

El problema no se limita a Estados Unidos. Al otro lado del Atlántico, en Reino Unido, la Chartered Trading Standards Institute (CTSI) ha lanzado una advertencia similar. En un solo mes, se han confiscado más de 2,000 de estos juguetes peligrosos. La demanda, impulsada por la popularidad de los Labubu en redes sociales como Instagram y TikTok, ha creado un mercado propicio para las falsificaciones. Kerry Nicol, gerente de Asuntos Externos de CTSI, describe la situación como una carrera contra el tiempo, donde la oferta y la demanda hacen "casi imposible" encontrar productos auténticos.

La desesperación de los padres por conseguir estos juguetes para sus hijos, combinada con la proliferación de falsificaciones en mercados online y tiendas físicas sin escrúpulos, crea un cóctel explosivo. La ilusión de un regalo se transforma en la angustia de una tragedia evitable. La responsabilidad recae en todos nosotros: padres, vendedores, autoridades. Debemos estar alerta, informarnos y actuar con prudencia para proteger a los más vulnerables. La seguridad de nuestros niños es una prioridad que no podemos negociar.

Fuente: El Heraldo de México