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17 de septiembre de 2025 a las 03:15
Montañas de basura tras la Independencia en Monterrey.
Tras el vibrante festejo del Día de la Independencia, las calles de Monterrey revelaron la otra cara de la celebración: 12.3 toneladas de basura. El esfuerzo de las cuadrillas de Servicios Públicos, quienes con barrido manual y mecánico lograron retirar esta cantidad de desechos del primer cuadro de la ciudad, nos recuerda la importancia de la limpieza y el manejo responsable de los residuos, especialmente después de eventos masivos. Si bien la ciudad recupera su ritmo habitual el día 17, la imagen de las calles repletas de basura nos invita a reflexionar sobre nuestros hábitos de consumo y la generación de residuos a lo largo del año.
Este operativo de limpieza, que se repite anualmente tras las fiestas patrias, es solo una pequeña muestra del desafío que enfrenta la zona metropolitana de Monterrey en cuanto al manejo de la basura. Con una producción cercana a 1.9 millones de toneladas anuales, lo que se traduce en más de 5,300 toneladas diarias, la gestión de residuos se convierte en un tema crucial para las autoridades. Esta cifra, que incluye residuos domésticos, comerciales e industriales, exige un sistema de recolección eficiente y estrategias sostenibles para minimizar el impacto ambiental.
La problemática no se limita a la recolección. La disposición final de estos desechos representa otro reto considerable. Los rellenos sanitarios, muchos de ellos operando cerca de su capacidad máxima, nos advierten sobre la urgencia de implementar soluciones a largo plazo. Fortalecer las políticas de gestión integral de residuos y promover prácticas responsables, tanto en hogares como en empresas, se vuelve imperativo.
Si bien existen iniciativas para fomentar el reciclaje y la separación de residuos, aún queda un largo camino por recorrer en la concientización ciudadana. La educación ambiental juega un papel fundamental en este proceso, promoviendo hábitos responsables desde la infancia y fomentando la participación en campañas locales e iniciativas comunitarias.
Más allá de las acciones gubernamentales, la responsabilidad individual es clave. Reducir el consumo innecesario, evitar productos con empaques excesivos y optar por artículos reutilizables son acciones que, aunque parezcan pequeñas, tienen un impacto significativo. Antes de desechar cualquier objeto, preguntémonos si puede tener una segunda vida. Reutilizar frascos de vidrio, cajas de cartón o bolsas, o donar ropa, muebles y electrónicos en buen estado, son alternativas que contribuyen a disminuir la cantidad de basura que generamos.
El reciclaje, por supuesto, es fundamental. Separar correctamente los residuos orgánicos, plásticos, papel, vidrio y metales permite su transformación en nuevos productos, cerrando el ciclo y minimizando la explotación de recursos naturales. Para que este proceso sea efectivo, es crucial seguir las normas locales de separación y asegurarse de que los materiales estén limpios y secos.
Compostar los desechos orgánicos, como restos de comida y jardín, es otra práctica que podemos implementar en nuestros hogares. Además de reducir la cantidad de basura que llega a los rellenos sanitarios, el compostaje genera un abono natural rico en nutrientes para nuestras plantas.
En definitiva, la gestión de residuos en Monterrey requiere un enfoque integral que involucre a autoridades, empresas y ciudadanos. Reducir la producción de basura, reutilizar, reciclar y compostar son acciones que, sumadas a la educación ambiental, nos permitirán avanzar hacia un estilo de vida más sostenible y un futuro más limpio para todos. La celebración de la independencia nos recuerda la importancia de cuidar nuestro patrimonio, y eso incluye el entorno en el que vivimos.
Fuente: El Heraldo de México