17 de septiembre de 2025 a las 09:30
¡Justicia Libre!
En el marco de las recientes festividades patrias, la concurrencia de los tres poderes de la Unión en la ceremonia del Grito de Independencia y el desfile cívico militar revistió una importancia singular. Este escenario cobra mayor relevancia si consideramos la reciente integración del Poder Judicial de la Federación, un paso crucial para consolidar su papel fundamental dentro de nuestra República. La imagen de unidad proyectada fortalece la idea de un Estado de Derecho sólido y en funcionamiento.
A este importante acontecimiento se suma la asignación de los titulares de los Juzgados de Distrito y Tribunales Colegiados de Circuito, electos democráticamente. Estos nuevos servidores públicos, verdaderos soldados de la justicia, tienen la enorme responsabilidad de velar por el cumplimiento de la ley, no solo en beneficio de un poder, sino del Estado Mexicano en su conjunto. Su labor es un pilar fundamental para el equilibrio de poderes y la defensa de los derechos de todos los ciudadanos.
El reto que enfrentan es considerable. Deberán resistir las presiones de la arbitrariedad, la corrupción que, lamentablemente, puede provenir de diversas fuentes, incluyendo las partes en litigio. Asimismo, deberán hacer frente a la influencia de grupos de poder e incluso a la tentación del protagonismo mediático, priorizando siempre la justicia por encima de cualquier interés personal o faccioso.
Es importante tener en cuenta que este cambio de actores en el Poder Judicial no garantiza por sí solo un juego limpio. Se requieren reglas claras y justas, tarea que recae en nuestros legisladores, diputados y senadores. De igual forma, necesitamos instituciones judiciales sólidas y eficientes, como el Órgano de Administración y el Tribunal de Disciplina Judicial, que actúen como árbitros imparciales y garanticen el respeto a las decisiones judiciales, sin importar a quién beneficien o perjudiquen. Es crucial que el gobierno, en todas sus instancias, respete las sentencias emitidas por los jueces, reconociendo su autonomía e independencia.
Este "grito de independencia judicial" debe resonar en todos los rincones del sistema judicial, instaurando un orden institucional basado en el respeto irrestricto a la ley, dejando atrás el absolutismo de las ideas de grupo o facciones. Es fundamental recordar que la Presidenta, los diputados, los senadores y, ahora también, los ministros, magistrados y jueces, son elegidos por el pueblo. Cada decisión que toman nos representa a todos por igual, sin distinción de ideologías o preferencias. No existen votos de primera o de segunda categoría.
En este contexto, toda acción debe apegarse a la ley y cada sentencia que corrija un acto arbitrario debe ser respetada sin cuestionamientos. La unidad del Estado en materia de justicia es un pilar fundamental para garantizar nuestra soberanía.
La independencia nacional, el respeto a nuestra soberanía y la dignidad como nación deben unirnos como mexicanos. Es alentador constatar que los mensajes transmitidos tanto en el Grito de Independencia como en el Desfile Cívico Militar por la Presidenta de México fueron republicanos y respetuosos, promoviendo un gobierno incluyente para todas y todos. Este es el camino que debemos seguir para construir un país más justo y equitativo.
La tarea que tenemos por delante es grande, pero con la participación activa de todos los sectores de la sociedad, podemos fortalecer nuestras instituciones y consolidar un Estado de Derecho que garantice el bienestar y la prosperidad de todos los mexicanos.
Fuente: El Heraldo de México