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17 de septiembre de 2025 a las 17:20

¡Galilea Explota en Vivo!

¡Ay, Galilea! Una vez más, la carismática conductora nos regala un momento de auténtica televisión en vivo, de esos que nos recuerdan que no todo está perfectamente orquestado y que la espontaneidad, a veces, puede ser la mejor aliada del entretenimiento. ¿Quién no ha tenido un momento de despiste, un lapsus mental que nos hace olvidar dónde estamos? Pero claro, cuando eres Galilea Montijo y estás en el programa matutino más visto del país, la anécdota cobra otra dimensión.

Imaginen la escena: Andrea Legarreta y Arath de la Torre, impecables como siempre, conduciendo una entrevista con un experto en ajolotes. De repente, se escuchan unos gritos. No son gritos de alarma, ni de susto, sino gritos de… ¿emoción? Sí, la inconfundible voz de Galilea Montijo irrumpe desde el backstage, desatando la curiosidad y las risas contenidas de sus compañeros.

La invitan a unirse a la entrevista, pensando que tal vez su entusiasmo se contagiará a la audiencia. Y Galilea, ajena a que las cámaras la están enfocando, continúa con su fascinación por los ajolotes, dándoles la espalda, obstaculizando la vista de los televidentes y, por supuesto, sin dejar de exclamar su asombro. Andrea Legarreta, con la elegancia que la caracteriza, intenta sutilmente guiarla, pero Galilea, en su mundo de ajolotes y admiración, no se percata de las señales.

El momento cumbre llega cuando, finalmente, Galilea pregunta con inocencia: "¿Estamos al aire?". La respuesta afirmativa desata las carcajadas de todos, incluida la suya. El "Negro" Araiza, con su característico humor, remata la escena recordándole que lleva un buen rato "grite y grite" sin prestar atención a nadie.

Este pequeño incidente, que podría haber pasado desapercibido, se convierte en una joya televisiva gracias a la naturalidad con la que todos los involucrados lo manejan. Demuestra la camaradería que existe entre los conductores del programa Hoy, capaces de reírse de sí mismos y convertir un error en un momento divertido para la audiencia.

Y es que, al final del día, ¿quién no se siente identificado con la espontaneidad de Galilea? En un mundo cada vez más artificial y planificado, estos destellos de autenticidad son un soplo de aire fresco. Nos recuerdan que la imperfección es parte de la vida y que, a veces, los momentos más memorables surgen de la improvisación y la genuina emoción. Gracias, Galilea, por recordarnos que está bien ser nosotros mismos, incluso con nuestros pequeños –y ruidosos– despistes. ¡Seguimos al aire!

Fuente: El Heraldo de México