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17 de septiembre de 2025 a las 17:45
El Chamán de Juan Gabriel: ¿Quién lo amenazaba?
La repentina partida de Juan Gabriel dejó un vacío inmenso en el mundo de la música, un silencio que aún resuena nueve años después. Su legado musical, vibrante y lleno de pasión, continúa vivo en los corazones de millones, pero tras la cortina de lentejuelas y melodías inolvidables, se esconde una historia personal llena de matices, ahora revelada por quienes tuvieron la fortuna de conocerlo en su intimidad. Silvia Urquidi, confidente y amiga cercana del “Divo de Juárez”, nos ofrece una ventana a la espiritualidad del artista, una faceta poco explorada que nos permite comprender la complejidad del hombre detrás del ícono.
Las revelaciones de Urquidi pintan un cuadro fascinante: Juan Gabriel, el ídolo de multitudes, buscaba refugio en la selva cada diciembre, acompañado de su chamán personal. Imaginemos la escena: el bullicio de los escenarios, la adoración de los fans, quedaban atrás mientras se adentraba en la espesura, buscando una conexión más profunda consigo mismo. Una semana en la naturaleza, lejos de la vorágine de su vida artística, un tiempo para la introspección y la renovación espiritual, coincidiendo con el aniversario del fallecimiento de su madre, Victoria Valadez, un período marcado por la nostalgia y la tristeza. ¿Qué rituales se llevaban a cabo en la intimidad de la selva? ¿Qué secretos compartía el artista con su guía espiritual? La incógnita permanece, alimentando la mística que rodea la figura de Juan Gabriel.
La devoción guadalupana de Juan Gabriel era bien conocida, pero su búsqueda espiritual trascendía los límites de la religión tradicional. Su apertura a prácticas chamánicas revela una profunda necesidad de conexión con lo intangible, una búsqueda de equilibrio en un mundo que a menudo parecía girar demasiado rápido. Esta dualidad, la fe católica y la espiritualidad ancestral, se entrelazaban en el alma del artista, creando una amalgama única que, quizás, contribuyó a su sensibilidad artística excepcional.
Pero la búsqueda de paz espiritual de Juan Gabriel no estaba exenta de sombras. Urquidi insinúa la presencia de energías negativas, de posibles ataques de brujería, provenientes de un entorno cercano, específicamente de Jesús Salas, excuñado del artista. La imagen del frasco con agua turbia y la foto de Alberto en su interior, junto con los muñecos y el carbón, evoca un escenario inquietante. La magia negra, un tema tabú pero presente en muchas culturas, se asoma en esta historia, añadiendo una capa de misterio y dramatismo a la vida del “Divo de Juárez”. ¿Era la selva un refugio no solo para la introspección, sino también para la protección contra estas energías negativas?
Las declaraciones de Urquidi nos invitan a reflexionar sobre la fragilidad de la fama y la importancia de la protección espiritual. Juan Gabriel, a pesar de su éxito arrollador, buscaba amparo en lo místico, en la sabiduría ancestral, reconociendo la existencia de fuerzas que trascienden lo material. Su historia nos recuerda que incluso las figuras más brillantes pueden ser vulnerables, y que la búsqueda de la paz interior es un camino que todos, independientemente de nuestro estatus social, debemos recorrer. La serie documental “Debo, puedo y quiero” promete arrojar más luz sobre estos aspectos de la vida de Juan Gabriel, desentrañando los misterios que aún rodean al ícono musical. La espera, sin duda, será larga, pero la promesa de descubrir nuevas facetas del "Divo de Juárez" hace que la anticipación valga la pena.
Fuente: El Heraldo de México