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17 de septiembre de 2025 a las 10:05

Detroit renace, ¿México cuándo?

La industria automotriz estadounidense está experimentando una transformación profunda, un renacimiento que promete devolverle el brillo que alguna vez ostentó. Tras años de declive, con una producción mensual que se desplomó de 380,000 a poco más de 110,000 vehículos en la última década, el sector parece estar listo para un nuevo capítulo. Este resurgir no es casualidad, sino el resultado de una confluencia de factores, entre ellos, la decidida apuesta política por revitalizar la producción nacional y las inversiones multimillonarias que están llegando al sector.

La administración Trump, consciente de la importancia estratégica de la industria automotriz, ha impulsado políticas para fomentar la producción local. Esta determinación se ve reflejada en la reciente declaración del Departamento de Comercio, que considera la imposición de aranceles a autopartes extranjeras para proteger la seguridad nacional y la cadena de suministro local. Esta medida, si bien controvertida, busca asegurar que el resurgimiento de la industria se base en una sólida base nacional y no en la dependencia de componentes importados.

El optimismo se respira en el aire. Lourenco Goncalves, CEO de Cleveland-Cliffs, una de las mayores productoras de acero de Estados Unidos, lo expresó con contundencia: "Estamos listos para el resurgimiento de la industria automotriz […] y es ahora". No en dos, tres o cinco años, sino ahora. Esta declaración no es un hecho aislado, sino un reflejo del entusiasmo que recorre el sector.

Las inversiones multimillonarias también juegan un papel crucial en este renacimiento. General Motors ha anunciado una inversión de 4 mil millones de dólares para aumentar su producción en Estados Unidos, mientras que Hyundai ha comprometido la asombrosa cifra de 26 mil millones de dólares entre 2025 y 2028 para expandir "sustancialmente" su capacidad productiva en el país. Estas inversiones, junto con otras no menos significativas, confirman la confianza de las empresas en el futuro de la industria automotriz estadounidense.

¿Y qué sucede con México en este escenario? Si bien mantendrá su importante base de producción, su rol podría volverse menos protagónico. En lugar de grandes inversiones para expandir la capacidad, se observa una consolidación de las líneas de producción existentes e incluso algunos cierres relevantes, como el de la planta de Nissan en Civac, Cuernavaca. La renegociación del T-MEC y el nuevo panorama arancelario son factores clave que determinarán el futuro de la industria automotriz en México.

En otro orden de noticias, Visa ha realizado importantes nombramientos en América Latina. El destacado ejecutivo mexicano Eduardo Coello ha sido designado Chairman para América Latina y el Caribe, mientras que el brasileño Nuno Lopes Alves asumirá la presidencia regional. A Lopes Alves le corresponderá gestionar la importante alianza entre Visa y la FIFA para la Copa del Mundo del próximo año, un evento de gran relevancia para la región. Este cambio en la cúpula directiva de Visa promete una nueva etapa para la compañía en América Latina, con un enfoque renovado en la innovación y la expansión en un mercado en constante evolución.

La industria automotriz está en plena transformación, un proceso dinámico que redefine el panorama global. El resurgimiento de la producción en Estados Unidos, impulsado por la política y las inversiones, contrasta con la consolidación y la incertidumbre que se vive en México. En el ámbito financiero, los nuevos nombramientos en Visa prometen una gestión renovada y un mayor impulso a la innovación en la región. Estos son tiempos de cambio, tiempos que demandan estrategias adaptativas y una visión clara del futuro.

Fuente: El Heraldo de México