17 de septiembre de 2025 a las 04:45
Celos letales: 16 años tras las rejas
La violencia de género, una lacra que sigue azotando nuestra sociedad, ha vuelto a mostrar su rostro más cruel en Hermosillo, Sonora. Un arranque de celos enfermizos, detonado por la información contenida en un teléfono celular, estuvo a punto de acabar con la vida de una mujer a manos de su entonces pareja, Saúl Alberto “N”. La Fiscalía General del Estado de Sonora, tras una minuciosa investigación y la presentación de pruebas irrefutables, ha logrado que este individuo sea condenado a 16 años de prisión, un pequeño triunfo en la lucha contra la impunidad en casos de violencia machista.
El escalofriante suceso tuvo lugar la mañana del 3 de marzo de 2024 en la colonia El Llano. Imaginen la escena: un hogar que debería ser refugio se convierte en el escenario de una brutal agresión. Saúl Alberto “N”, preso de una ira descontrolada, arrebata el celular a su pareja. ¿Qué buscaba? ¿Qué temía encontrar? La respuesta, lamentablemente, se manifestó en la violencia que desató a continuación.
Tras revisar el dispositivo, la furia se apoderó de él. Tomó a la víctima por el cuello, un gesto de dominación y control, y la arrastró al interior del domicilio. Allí, intentó asfixiarla, privándola del aliento que le daba vida. No contento con esto, empuñó un cuchillo con la clara intención de acabar con ella. La imagen es aterradora: una mujer indefensa luchando por su vida contra la brutalidad de quien se suponía que la amaba.
Solo la férrea resistencia de la víctima y la providencial intervención de sus familiares impidieron que la tragedia se consumara. En esos momentos de angustia y terror, la víctima luchó con una fuerza sobrehumana, defendiéndose del ataque con uñas y dientes, aferrándose a la vida con desesperación. La llegada de sus familiares fue un rayo de luz en medio de la oscuridad, un rescate en el último segundo.
Gracias a la rápida actuación de las autoridades locales, Saúl Alberto “N” fue detenido y puesto a disposición de la justicia. El Juez de Control, tras evaluar las pruebas presentadas por el Ministerio Público, no dudó en vincularlo a proceso. Un proceso que culminó con una sentencia condenatoria de 16 años, un castigo que, si bien no borra el dolor y el trauma sufridos por la víctima, sí envía un mensaje claro a la sociedad: la violencia de género no quedará impune.
Este caso nos recuerda la importancia de la denuncia y la necesidad de crear una red de apoyo para las víctimas. No podemos permitir que el miedo silencie las voces de quienes sufren este tipo de agresiones. Es fundamental que, como sociedad, nos involucremos en la erradicación de la violencia de género, educando en la igualdad y el respeto, y ofreciendo recursos y apoyo a quienes lo necesitan. La condena de Saúl Alberto “N” es un paso en la dirección correcta, pero aún queda mucho camino por recorrer. La lucha continúa. Debemos seguir trabajando para construir un futuro donde ninguna mujer tenga que vivir con miedo.
Fuente: El Heraldo de México