La aparente armonía familiar entre Gala y Beba Montes se ha resquebrajado, dejando al descubierto una serie de conflictos que han mantenido en vilo a las redes sociales durante meses. El incidente del alcoholímetro a principios de septiembre, donde Beba fue detenida tras dar positivo en la prueba, no fue más que la punta del iceberg de una situación mucho más compleja. Si bien las imágenes de Itzel Lechuga recogiendo a Beba del "Torito" sugerían un frente unido, la realidad detrás de las cámaras, según testimonios recogidos por medios de comunicación, pintaba un panorama muy distinto.

La sombra de una posible apropiación indebida de casi medio millón de pesos de la cuenta bancaria de Gala, presuntamente a manos de Beba mientras actuaba como su manager durante su participación en La Casa de los Famosos México, ha empañado la imagen de sororidad que ambas proyectaban. Este supuesto acto, sumado a rumores de envidia, problemas con el alcohol y diferencias profesionales, habría detonado una profunda crisis en la relación fraternal.

Gala, por su parte, ha manejado la situación con cautela. Sus declaraciones públicas se han limitado a confirmar lo sucedido con el alcoholímetro, recalcando la importancia de la responsabilidad al volante y evitando ahondar en las acusaciones de robo. Si bien ha expresado su decepción por traiciones de personas cercanas, ha optado por la discreción, alimentando aún más las especulaciones y la curiosidad del público. Esta postura, aunque comprensible desde el punto de vista de proteger la privacidad familiar, ha dejado un vacío informativo que ha sido rápidamente llenado por rumores y conjeturas.

La madre de ambas, Crista Montes, ha roto el silencio, confirmando el distanciamiento entre sus hijas y expresando su sorpresa ante las acusaciones contra Beba. Sus palabras, cargadas de una mezcla de decepción y resignación, revelan la dificultad de una madre al presenciar el conflicto entre sus hijos. La mención a haber sido culpada injustamente en el pasado añade otra capa de complejidad a la narrativa familiar, sugiriendo tensiones preexistentes. Su declaración de que "todo cae por su propio peso" y que la verdad saldrá a la luz, deja entrever la esperanza de una reconciliación futura, aunque también la incertidumbre sobre el camino que tomará esta historia.

El caso de las hermanas Montes nos recuerda la fragilidad de los lazos familiares, incluso aquellos que parecen inquebrantables. La presión de la fama, las diferencias personales y los malentendidos pueden erosionar la confianza y generar conflictos que, expuestos a la luz pública, adquieren una dimensión mucho mayor. ¿Será posible una reconciliación? ¿Lograrán Gala y Beba superar sus diferencias y reconstruir su relación? Solo el tiempo lo dirá. Mientras tanto, la historia continúa capturando la atención del público, convirtiéndose en un recordatorio de que la vida real, a menudo, supera cualquier ficción.