La desolación se palpa en el aire de Shahjahanpur, en el distrito de Bareilly, India. Un inocente llanto, ahogado bajo tierra, ha sacudido la conciencia de sus habitantes. El domingo 14 de septiembre, un pastor local, en su rutina matutina junto al río Bahgul, se topó con una escena que difícilmente podrá borrar de su memoria. Un pequeño montículo de tierra, aparentemente inofensivo, ocultaba una tragedia en ciernes: una recién nacida, enterrada viva, luchaba por su vida. Imaginen la escena: el pastor, guiando a sus cabras, oye un débil quejido que parece provenir del suelo. Intrigado, se acerca y descubre una diminuta mano, cubierta de tierra y hormigas, emergiendo de la tierra. Un escalofrío recorre su cuerpo al comprender la magnitud del horror. De inmediato, alerta a los vecinos, quienes acuden al lugar, conmocionados por el hallazgo. La policía llega rápidamente, asegurando la zona y trasladando a la bebé a un centro de salud cercano.

El estado de la pequeña era crítico. Su cuerpo, enterrado y expuesto a la intemperie, presentaba mordeduras de hormigas en la mano que sobresalía de la tierra, provocando un sangrado considerable. La deshidratación y la debilidad extrema eran evidentes. Los médicos, conscientes de la gravedad del caso, decidieron derivarla de urgencia a la Facultad de Medicina del Gobierno, donde ingresó a la unidad de cuidados intensivos neonatales. El Dr. Rajesh Kumar, director del hospital, estima que la bebé tiene entre 10 y 15 días de vida. Sus palabras reflejan la angustia del momento: “Su mano estaba severamente lesionada… su estado general era extremadamente delicado”. La lucha por su vida apenas comenzaba.

La investigación policial está en marcha. La pregunta que todos se hacen es ¿quién pudo cometer semejante atrocidad? La hipótesis que se maneja es que la pequeña fue enterrada con la intención de acabar con su vida. Sin embargo, la presencia de una pequeña abertura en el montículo de tierra, que permitía la entrada de aire, sugiere una posible ambivalencia en el acto, una pizca de esperanza que mantuvo a la bebé con vida. Las autoridades están revisando minuciosamente las grabaciones de las cámaras de seguridad de la zona y entrevistando a los residentes, buscando cualquier indicio que conduzca a los responsables. Se ha hecho un llamado a la colaboración ciudadana, instando a cualquier persona que tenga información relevante a que la comparta con las autoridades.

Este desgarrador acontecimiento ha conmocionado a la comunidad. Vecinos describen la escena como impactante e inolvidable. La zona cercana al río Bahgul, usualmente tranquila y poco transitada, se ha convertido en el escenario de una tragedia que ha dejado una profunda huella en la memoria colectiva. La incertidumbre sobre el futuro de la bebé se suma a la indignación y al clamor por justicia. Mientras la pequeña lucha por su vida en la unidad de cuidados intensivos, la comunidad espera con ansias el resultado de las investigaciones, confiando en que los responsables de este acto inhumano sean llevados ante la justicia. La esperanza, como la pequeña mano que emergió de la tierra, se aferra a la vida.