Ana Bárbara, la icónica cantante de la música regional mexicana, vivió un momento de apremio durante su reciente concierto en Tapachula, Chiapas. Un desafortunado paso en falso sobre el escenario resultó en un esguince de tobillo que la obligó a usar una silla de ruedas para desplazarse, imagen que capturó la atención de la prensa a su llegada al aeropuerto de la Ciudad de México. A pesar del susto, la artista se mostró tranquila y aseguró a los medios que su estado de salud es estable, aunque ya tiene agendada una cita médica para evaluar la lesión y determinar el tratamiento adecuado. "Me lastimé el dedo meñique del pie izquierdo… No medí el paso y me di un trancazo", explicó con la sencillez que la caracteriza, minimizando el incidente aunque reconociendo la necesidad de precaución.

Más allá de su propia situación, Ana Bárbara aprovechó la oportunidad para alzar la voz en defensa de la familia Aguilar, quienes recientemente han sido blanco de críticas y comentarios negativos en redes sociales. La cantante potosina, manifestando la estrecha relación que mantiene con la dinastía, hizo un llamado a la empatía y al respeto. "Cuidemos y protejamos a los verdaderos artistas", instó, recordando su propia experiencia con el "hate" en línea y solidarizándose con Pepe, Leonardo y Ángela Aguilar. "Se me hace agresivo, fuera de lugar", añadió, reprobando la virulencia de ciertos comentarios.

Con la convicción que le da su trayectoria, Ana Bárbara defendió el legado de Pepe Aguilar, destacando su talento y su incansable trabajo en la música y la composición. "Es un compañero hermoso de la vida", afirmó, haciendo hincapié en la injusticia de los ataques que ha recibido. La cantante, quien también ha colaborado con Ángela Aguilar, extendió su apoyo a la joven artista, demostrando la sororidad que existe entre ellas. "Me duele el alma, es gente que ha trabajado toda la vida", lamentó, pidiendo un alto a la ola de negatividad que ha envuelto a la familia. "Ya dejen de joder, por favor", concluyó con firmeza, una muestra más de su carácter franco y su lealtad hacia quienes considera sus amigos. Este gesto de solidaridad no solo resalta la calidad humana de Ana Bárbara, sino que también invita a la reflexión sobre el impacto de las críticas destructivas en el mundo artístico y la importancia de fomentar un ambiente de respeto y apoyo. El llamado de la "Reina Grupera" resuena con fuerza, recordándonos que detrás de los escenarios existen personas que, como cualquier otro, merecen ser tratados con dignidad.