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16 de septiembre de 2025 a las 07:40

Recupera la vista con implante dental en el ojo

La historia de Brent Chapman, un canadiense de 34 años, nos recuerda que la ciencia a veces roza lo milagroso. Imaginen: recuperar la vista después de dos décadas de oscuridad gracias a… ¡un diente! Suena a ciencia ficción, pero es una realidad tangible que nos invita a reflexionar sobre la resiliencia del espíritu humano y los avances de la medicina moderna. Desde los 13 años, Brent luchó contra las secuelas devastadoras del síndrome de Stevens-Johnson, una reacción alérgica rara que lo dejó prácticamente ciego tras un partido de baloncesto. ¿Pueden imaginarse la frustración de un adolescente lleno de vida, repentinamente sumido en la oscuridad? Su cuerpo, atacado por una reacción desproporcionada al ibuprofeno, sufrió quemaduras severas, incluyendo las córneas, la ventana transparente al mundo.

Durante 20 largos años, Brent se sometió a un calvario de 50 cirugías, principalmente trasplantes de córnea. Una y otra vez, la esperanza renacía solo para desvanecerse meses después, cuando las córneas trasplantadas fallaban. Cada intervención quirúrgica representaba una nueva ilusión, una posibilidad de recuperar la luz, pero la enfermedad persistía, negándose a ceder terreno. Es difícil siquiera concebir la fortaleza mental y emocional de alguien que enfrenta semejante adversidad durante tanto tiempo. Brent, sin embargo, jamás se rindió.

La luz al final del túnel llegó con el Dr. Greg Moloney, un especialista en córnea de la Universidad de Columbia Británica, quien propuso una solución radical: la osteo-odonto-queratoprótesis, más conocida como la cirugía de “diente en el ojo”. Un procedimiento tan inusual como su nombre indica, un último recurso reservado para casos extremos. El proceso es complejo y fascinante: extraer un canino, junto con una fina capa de hueso para mantenerlo vivo, tallarlo meticulosamente hasta convertirlo en un soporte para un lente artificial, implantarlo en la mejilla para que se integre con el tejido blando… Cada paso requiere una precisión milimétrica, una combinación de arte y ciencia que desafía los límites de la medicina tradicional.

¿Por qué un diente? El Dr. Moloney lo explica con claridad: es una estructura resistente, capaz de sobrevivir en entornos hostiles, y el propio cuerpo lo acepta como suyo, minimizando el riesgo de rechazo. Una vez implantado en el ojo, el diente actúa como una plataforma estable para el lente, permitiendo que la luz alcance la retina, siempre y cuando ésta y el nervio óptico estén sanos. Es una simbiosis perfecta, una solución ingeniosa que aprovecha los propios recursos del cuerpo para sanar.

La cirugía de Brent, realizada en dos etapas, duró más de 12 horas. Imaginen la tensión, la precisión, la concentración del equipo médico durante todo ese tiempo. En febrero le extrajeron el diente, en junio lo implantaron en su ojo, y en agosto una cirugía final ajustó la alineación del lente. Meses de espera, de incertidumbre, de aferrarse a la esperanza. Finalmente, la recompensa: Brent recuperó una visión de 20/30, suficiente para volver a apreciar los detalles del mundo que le rodeaba.

Ahora, este masajista canadiense planea retomar su trabajo y viajar, con Japón en la mira como un sueño largamente acariciado. Su historia es un testimonio de perseverancia, de la capacidad del ser humano para superar la adversidad y de la constante búsqueda de soluciones innovadoras en el campo de la medicina. Brent Chapman, el hombre que vio la luz a través de un diente, nos inspira a todos a no perder la esperanza, incluso en la oscuridad más profunda.

Fuente: El Heraldo de México