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16 de septiembre de 2025 a las 16:15

Profesor muere cantando su canción favorita

La música se apagó abruptamente, dejando un silencio atónito que contrastaba con la alegría festiva de momentos antes. En la plaza de Magdalena de Kino, Sonora, el eco de la última nota de "A mi manera" aún resonaba en el aire, mientras Luis Eduardo "Guayo" Bojorquez, profesor de secundaria y alma de la velada en honor a San Francisco, se desplomaba sobre el escenario. La escena, capturada en un video que rápidamente se viralizó, muestra la fragilidad de la vida, un contraste brutal entre la pasión del artista y la inexorable llegada del destino.

Guayo, como le decían cariñosamente, no solo era un educador dedicado, sino también un apasionado de la música. Su voz, que momentos antes interpretaba con fervor el clásico inmortalizado por Sinatra y versionado por grandes de la música hispana como Vicente Fernández y José José, ahora yacía en silencio. El video muestra cómo, al acercarse al final de la canción, Guayo busca apoyo en uno de los teclados, un gesto que en retrospectiva se percibe como una premonición. Un compañero intenta consolarlo con una palmada en la espalda, ajeno a la tragedia que se avecinaba. Segundos después, el maestro se desploma en los brazos de su compañera del grupo, mientras el público, aún inmerso en la euforia del festejo, continúa aplaudiendo, inconsciente del drama que se desarrolla frente a sus ojos.

La noticia del fallecimiento de Guayo conmocionó a la comunidad de Magdalena de Kino. El maestro, devoto de San Francisco, había organizado la velada como un acto de fe y celebración. Su entrega a la música era conocida por todos, al igual que su generosidad y compromiso con sus alumnos. Según fuentes del departamento de comunicación social de Magdalena de Kino, Guayo estaba a la espera de una cirugía a corazón abierto, una batalla que, lamentablemente, no pudo librar.

La ironía de interpretar "A mi manera" momentos antes de su partida no ha pasado desapercibida. La canción, un himno a la individualidad y a la vida vivida con plenitud, se convirtió en un triste presagio. Guayo, sin duda, vivió a su manera, entregado a su pasión por la enseñanza y la música, dejando un vacío imborrable en la comunidad que lo recordará con cariño y admiración. Su historia, un recordatorio de la fugacidad de la vida, nos invita a valorar cada momento y a perseguir nuestros sueños con la misma pasión que Guayo demostró hasta su último aliento.

Los festejos patrios en Magdalena de Kino quedaron marcados por esta tragedia. Lo que comenzó como una celebración se transformó en un sentido homenaje a un hombre que entregó su vida a la educación y al arte. La música de Guayo se apagó, pero su recuerdo seguirá vivo en la memoria de quienes tuvieron la fortuna de conocerlo y disfrutar de su talento. La plaza de Magdalena de Kino, testigo de su última actuación, se convierte en un espacio de recuerdo y reflexión sobre la importancia de vivir cada día con intensidad y amor, "A nuestra manera".

Fuente: El Heraldo de México