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17 de septiembre de 2025 a las 00:15

Justicia para Fernely: Vídeo Impactante

La brutalidad captada en video ha sacudido a la República Dominicana y ha resonado en medios internacionales, generando un debate crucial sobre la violencia vial y la justicia. El caso de Fernely Antonio Polanco, quien se debate entre la vida y la muerte tras un batazo en la cabeza propinado por Braulio José Sánchez durante una disputa de tránsito, ha encendido la alarma sobre la creciente intolerancia en nuestras calles. Las imágenes, crudas y perturbadoras, muestran a Polanco en medio de una discusión con Sánchez, quien sin mediar palabra, le asesta un golpe fulminante con un bate de béisbol. La violencia del acto deja a Polanco inconsciente en el pavimento, mientras Sánchez huye de la escena, abandonando a su víctima a su suerte.

Este incidente, ocurrido en la mañana del sábado 13 de septiembre en una transitada calle de Mao, Valverde, ha dejado a la comunidad conmocionada y exigiendo justicia. Más allá del altercado inicial, cuya causa aún se investiga, la desproporcionada reacción de Sánchez ha generado indignación. ¿Cómo un simple roce entre vehículos puede escalar a un acto de violencia tan extrema? La facilidad con la que Sánchez recurrió a la violencia, utilizando un bate de béisbol como arma, plantea interrogantes preocupantes sobre la normalización de la agresión en nuestra sociedad.

La rápida difusión del video en redes sociales ha jugado un papel fundamental en el caso. La presión social, amplificada por la indignación colectiva, ha llevado a la rápida identificación y posterior entrega de Sánchez a las autoridades. Sin embargo, la viralización del video también ha generado un debate sobre la ética de la difusión de imágenes tan impactantes. ¿Es necesario mostrar la crudeza de la violencia para generar conciencia, o se corre el riesgo de banalizar el sufrimiento humano?

Mientras Polanco permanece en coma inducido en un centro médico de Santiago de los Caballeros, su familia y amigos se aferran a la esperanza de su recuperación. La incertidumbre sobre su futuro añade otra capa de tragedia a este caso, recordándonos la fragilidad de la vida y las devastadoras consecuencias de la violencia.

La entrega de Sánchez a la Policía Nacional, aunque un paso importante hacia la justicia, no mitiga el dolor ni la indignación. Se espera que el Ministerio Público actúe con celeridad y transparencia para esclarecer los hechos y aplicar todo el peso de la ley. Este caso debe servir como un llamado a la reflexión sobre la necesidad de promover la tolerancia, el respeto y la resolución pacífica de conflictos en nuestras calles. La violencia vial no puede ser la respuesta a la frustración o la ira. La vida de Fernely Antonio Polanco pende de un hilo, y su tragedia debe ser un recordatorio constante de que la violencia nunca es la solución.

Más allá del castigo para el agresor, es crucial abordar las raíces del problema. ¿Qué factores contribuyen a la creciente agresividad en el tránsito? ¿Cómo podemos educar para la convivencia pacífica y la resolución no violenta de conflictos? Este caso debe impulsar un debate nacional sobre la seguridad vial, la cultura de la violencia y la responsabilidad individual y colectiva en la construcción de una sociedad más justa y pacífica. La justicia para Fernely no solo implica la condena del culpable, sino también la implementación de medidas que prevengan futuros actos de violencia en nuestras calles. El futuro de nuestra convivencia depende de ello.

Fuente: El Heraldo de México