Logo
NOTICIAS
play VIDEOS

Inicio > Noticias > Economía

16 de septiembre de 2025 a las 09:25

Domina tus finanzas en tiempos difíciles

La narrativa triunfalista del presidente Trump sobre la economía estadounidense se tambalea ante una realidad cada vez más compleja. Si bien el mandatario insiste en pregonar una prosperidad sin precedentes, los indicadores económicos pintan un cuadro menos optimista, generando preocupación no solo entre los analistas, sino también en las filas republicanas. La presión sobre la Reserva Federal, un organismo cuya independencia es crucial para la estabilidad económica, se suma a la inusual sugerencia de silenciar los informes de las oficinas estadísticas del gobierno. Esta estrategia, que busca controlar la narrativa en lugar de abordar los problemas de fondo, levanta serias dudas sobre la transparencia y la confianza en las instituciones.

El recurso de desacreditar a los medios especializados que reportan datos desfavorables, tildándolos de poco confiables, se asemeja a una cortina de humo que intenta ocultar la creciente evidencia de una economía en desaceleración. La sombra de las elecciones de 2026 se cierne sobre estas acciones, ya que la salud de la economía es un factor determinante para el electorado. Los republicanos, aferrados a una frágil mayoría en el Congreso, observan con inquietud cómo la retórica optimista del presidente se contradice con la experiencia cotidiana de los ciudadanos.

La reciente evaluación de la Oficina Congresional del Presupuesto (CBO) sobre el impacto de los aranceles, reconociendo su contribución a la inflación, añade otro elemento de preocupación. Aunque se proyecta que para 2028 la economía haya absorbido este impacto, la incertidumbre a corto y mediano plazo genera inquietud entre los consumidores y las empresas. La ralentización en la creación de empleos, reflejada en las cifras de la Oficina de Estadísticas Laborales, es una señal de alarma que no puede ser ignorada. El menor crecimiento del mercado laboral en cinco años, junto con el aumento de la tasa de desempleo, desdibuja la imagen de una economía robusta que la administración Trump se esfuerza por proyectar.

El hecho de que, por primera vez en cinco años, haya más solicitantes de empleo que vacantes disponibles, es un indicador contundente de la desaceleración económica. A esto se suman los despidos masivos, la cautela en la contratación, los niveles récord de deuda privada y la caída del gasto del consumidor. Este conjunto de factores dibuja un panorama preocupante que contrasta con el discurso oficial.

La situación en el sector manufacturero, afectado por los aranceles impuestos por el propio gobierno, es particularmente preocupante. La contracción en el comercio y el transporte, también atribuible a las políticas arancelarias, agrava el panorama. Incluso el sector de la salud, tradicionalmente un motor de crecimiento del empleo, muestra signos de debilitamiento, y se prevé que la situación empeore con los recortes federales a Medicaid.

El aumento de la inflación, aunque todavía moderado, es otro factor que erosiona el poder adquisitivo de los ciudadanos. Si bien la administración Trump minimiza su importancia, el impacto de los aranceles y las políticas migratorias restrictivas en los precios de los alimentos, un componente esencial de la canasta básica, es innegable.

En definitiva, la brecha entre la narrativa oficial y la realidad económica se amplía cada día. La insistencia del presidente Trump en presentar una imagen idílica de la economía, mientras los indicadores apuntan en otra dirección, genera incertidumbre y desconfianza. La apuesta por manipular la información en lugar de implementar políticas económicas sólidas, podría tener consecuencias negativas no solo para la economía del país, sino también para la credibilidad del gobierno. El tiempo dirá si esta estrategia de negación y control de la narrativa es sostenible a largo plazo.

Fuente: El Heraldo de México