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16 de septiembre de 2025 a las 17:35

Domina el aguacate: ¡cosecha abundante!

Imagina despertar cada mañana con el aroma a tierra húmeda y la promesa de aguacates frescos colgando de tu propio árbol. Ese sueño, que para muchos parece inalcanzable, puede convertirse en realidad con un poco de dedicación y el conocimiento adecuado sobre el cuidado de este generoso árbol frutal. No se trata solo de plantar y esperar, sino de entender las necesidades de la planta y, sobre todo, dominar el arte de la poda.

La poda, más que un simple recorte de ramas, es una conversación silenciosa con el árbol, una forma de guiar su crecimiento y potenciar su capacidad productiva. Es como esculpir una obra maestra, donde cada corte define la forma final y la abundancia de la cosecha. Al eliminar las ramas viejas y enfermas, no solo estamos limpiando el árbol, sino que estamos estimulando el nacimiento de nuevos brotes, vigorosos y llenos de potencial. Estos brotes, con el cuidado adecuado, se convertirán en las ramas que sostendrán los preciados frutos, transformando nuestro jardín en un verdadero oasis de abundancia.

El método del martillo y las grapas, recomendado por expertos, puede parecer inusual a simple vista, pero su eficacia reside en la precisión y la delicadeza con la que se aplica. No se trata de herir al árbol, sino de estimularlo, de despertar su fuerza interior. Cada pequeño clavo, colocado estratégicamente alrededor de la planta, actúa como una suave acupuntura vegetal, activando los puntos energéticos que impulsan el crecimiento y la fructificación. Y la posterior curación con la pasta especial, no es solo un bálsamo para las pequeñas heridas, sino un elixir que nutre y fortalece la planta, preparándola para un nuevo ciclo de vida.

La elección del momento adecuado para la poda es crucial. No se puede podar a la ligera, sin tener en cuenta el ritmo natural del árbol. El momento ideal es justo después de la cosecha, cuando el árbol ha entregado sus frutos y se encuentra en un estado de reposo relativo. Es en este periodo de descanso, cuando la planta concentra sus energías en la recuperación y la preparación para el siguiente ciclo productivo. Podar en este momento es como darle al árbol un impulso extra, una inyección de vitalidad que se traducirá en una cosecha aún más generosa la próxima temporada.

El aguacate es un árbol noble, que responde con creces a los cuidados que recibe. No se conforma con sobrevivir, sino que busca prosperar, ofrecer sus frutos como un regalo a quienes saben apreciarlo. Cuidar un árbol de aguacate es una experiencia gratificante, una conexión con la naturaleza que nos permite participar en el milagro de la vida. Y la recompensa, más allá de los deliciosos aguacates que llenarán nuestra mesa, es la satisfacción de haber contribuido al crecimiento y la prosperidad de un ser vivo. Es una inversión a largo plazo, no solo en nuestro jardín, sino en nuestra propia salud y bienestar. Porque el aguacate, además de ser un fruto delicioso y nutritivo, es un símbolo de abundancia, prosperidad y conexión con la tierra.

Fuente: El Heraldo de México