16 de septiembre de 2025 a las 17:25
Cura tu cruda con este perrito de 3 ingredientes
¡Ay, las fiestas patrias! Qué delicia el pozole, los pambazos, el tequila, el mezcal… pero qué precio se paga al día siguiente. Esa sensación de que un tren te pasó por encima, la cabeza que parece tambor, el estómago revuelto… ¡la temida cruda! Pero no te preocupes, que para todo mal, mezcal, y para toda cruda, ¡un buen "perrito"! Sí, esa bebida milagrosa que te levanta de entre los muertos en menos de lo que canta un gallo.
No hay nada más reconfortante que sentir el frescor del agua mineral burbujeando en tu garganta, combinada con el toque ácido del limón y la pizca de sal que te devuelve la vida. Es como un abrazo líquido que te dice: "tranquilo, todo va a estar bien". Y lo mejor es que no necesitas ser un alquimista para prepararlo, solo tres ingredientes y ¡listo! En un abrir y cerrar de ojos, tendrás tu elixir mágico para seguir disfrutando de las fiestas.
Mucha gente lo llama "perrito", y la verdad es que el nombre le queda como anillo al dedo. ¿A poco no te recuerda a la alegría incondicional y la energía revitalizante de nuestros amigos caninos? Aunque no ladren ni muevan la cola, estos "perritos" sí que saben cómo levantarte el ánimo y hacerte sentir como nuevo.
Ahora bien, ¿por qué funciona tan bien? La ciencia tiene la respuesta. El alcohol, ese compañero de fiestas tan traicionero, nos deshidrata sin piedad. Actúa como un diurético, obligándonos a ir al baño más veces de lo normal, lo que provoca una pérdida de agua y electrolitos esenciales como el sodio, potasio y magnesio. Esta pérdida es la culpable de ese dolor de cabeza infernal, los mareos y la sed insaciable.
Además, el alcohol también nos juega una mala pasada con el azúcar en la sangre. El hígado, pobrecito, está tan ocupado metabolizando el alcohol que se olvida de liberar suficiente glucosa. El resultado: debilidad, cansancio, temblores y hasta cambios de humor que harían temblar al mismísimo Chapulín Colorado. Y por si fuera poco, el hígado transforma el alcohol en acetaldehído, una sustancia aún más tóxica que el propio alcohol, ¡imagínense! Esta toxina es la responsable del dolor de cabeza palpitante, la sudoración excesiva y las palpitaciones que nos hacen sentir como si estuviéramos corriendo un maratón.
Pero no hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo resista. El "perrito" llega al rescate, rehidratándonos con el agua mineral, reponiendo electrolitos gracias al limón y ayudándonos a retener líquidos con la pizca de sal. Es una combinación perfecta, un verdadero bálsamo para el cuerpo maltratado. Así que ya saben, amigos, si quieren disfrutar de las fiestas patrias sin sufrir las consecuencias al día siguiente, no olviden tener a la mano los ingredientes para su "perrito" salvador. ¡Salud y que viva México!
Fuente: El Heraldo de México