Vecinos de la colonia El Renacimiento en Iztapalapa viven horas de angustia e incertidumbre. Lo que comenzó como un simple hundimiento el pasado sábado, se ha convertido en un voraz socavón que ya supera los 7 metros de largo y los 8 metros de profundidad, tragándose por completo un camión repartidor de refrescos y amenazando ahora la estabilidad de las viviendas aledañas. La escena es impactante: un abismo que parece crecer hora tras hora, especialmente tras las intensas lluvias que azotaron la zona durante la noche de ayer y la madrugada de hoy. La tierra, saturada de agua, continúa cediendo, ampliando el perímetro del socavón y generando una profunda preocupación entre los residentes, quienes temen que sus hogares sean los próximos en sucumbir.

El estruendo que se escuchó el sábado, cuando la tierra se abrió y engulló el camión, aún resuena en la memoria de los vecinos. Muchos describen la escena como algo salido de una película, una imagen surrealista que se ha convertido en su pesadilla. La angustia se palpa en el ambiente, en los rostros de las familias que observan con impotencia cómo el socavón se acerca peligrosamente a sus hogares. Algunos han comenzado a evacuar por su propia cuenta, llevando consigo lo más indispensable, mientras que otros permanecen en sus casas, aferrados a la esperanza de que la situación se controle.

En el fondo del socavón, como una herida abierta en la tierra, se puede apreciar una fuerte fuga de agua, un torrente incesante que socava los cimientos de las viviendas y alimenta el crecimiento del agujero. Las autoridades de la alcaldía han confirmado que la causa de este desastre es la ruptura de un cárcamo, una situación que, según algunos vecinos, ya había sido reportada previamente sin que se tomaran las medidas necesarias. Esta revelación ha aumentado la indignación entre los afectados, quienes exigen una investigación a fondo y la asunción de responsabilidades.

Mientras tanto, las labores de reparación continúan contrarreloj. Maquinaria pesada trabaja sin descanso, removiendo escombros y tratando de contener el avance del socavón. La circulación permanece cerrada en la Avenida 5 y la Calle 3, lo que complica aún más la vida de los residentes, quienes se ven obligados a tomar rutas alternativas y a lidiar con el caos vial generado por los trabajos de reparación. La incertidumbre se mantiene, y la pregunta que todos se hacen es: ¿cuándo terminará esta pesadilla? ¿Podrán las autoridades controlar el socavón y evitar una tragedia mayor? La respuesta, por ahora, se pierde en la profundidad del abismo que amenaza con tragarse un pedazo de la colonia El Renacimiento. Las próximas horas serán cruciales para determinar el futuro de estas familias y la magnitud final de este desastre.