15 de septiembre de 2025 a las 09:45
¿Sexenio definido?
El discurso de la culpa ha caducado. Doce años fueron suficientes para que la 4T señalara al pasado, al "neoliberalismo" como el causante de todos los males. Un escudo de teflón político que les permitía eludir cualquier responsabilidad. Inseguridad, culpa de Calderón; problemas energéticos, culpa de Peña Nieto; crisis financieras, culpa de Zedillo; marginación indígena, culpa de Salinas de Gortari; entreguismo a Estados Unidos, culpa de Fox. Una letanía repetida hasta la saciedad que ya no convence.
Siete años en el poder han desgastado el discurso. Ya no hay espacio para las excusas. Como el aficionado que desde la barrera grita al torero, la 4T ha pasado del tendido al ruedo. La faena es suya, y solo suya. Ser borracho es muy distinto a ser cantinero, una realidad que parecen estar descubriendo apenas ahora. Su discurso, aún con tintes de oposición, contrasta con la realidad de un gobierno en funciones, con sus propias decisiones, políticas públicas y, por supuesto, con su gente.
El argumento de la infiltración de funcionarios del pasado, de los "resquicios del PRIANismo", se desvanece ante casos como el de Hernán Bermúdez Requena, producto genuino de la Cuarta Transformación y presunto líder del grupo criminal "La Barredora". Mientras López Obrador insistía en que Calderón conocía las actividades de García Luna, hoy la oposición replica la misma acusación: ¿sabían del prontuario de Bermúdez Requena? Y si no lo sabían, peor aún. La ignorancia, en este caso, es más grave que la complicidad.
Sin embargo, la administración Sheinbaum tiene ante sí una oportunidad invaluable. La detención de Bermúdez Requena durante su mandato, junto con la captura de otros implicados, abre la posibilidad de que este personaje, refugiado en Paraguay, se convierta en testigo colaborador. Si decide hablar, si documenta las operaciones de su cártel, se desvelará el funcionamiento de la delincuencia en tiempos de la 4T y, crucialmente, la identidad de sus cómplices dentro del poder.
Esta es la oportunidad para que la primera Presidenta de México, en su primer Grito de Independencia, envíe un mensaje contundente: caiga quien caiga, tope donde tope. Una frase pronunciada por todos los presidentes, pero que en esta ocasión podría resonar con verdad si se traduce en acciones concretas, sin proteger a nadie.
El futuro del sexenio se juega en este caso. La decisión de la Presidenta definirá el rumbo de su administración. ¿Optará por la justicia, por la transparencia, o por la protección de los suyos? El país entero observa, expectante, el desenlace de esta historia.
Más allá de este caso, la figura presidencial también se somete al escrutinio público. A pesar de los elogios a la Presidenta, el abucheo no se hizo esperar. Mauricio Kuri, al igual que los priistas Esteban Villegas y Manolo Jiménez, no superó la prueba de la plaza pública. La sucesión en Querétaro se avecina, y la sombra de Morena acecha al PAN. ¿Entregará el estado el oriundo de Orizaba? El tiempo lo dirá.
Fuente: El Heraldo de México