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15 de septiembre de 2025 a las 09:20
Prevén el suicidio, salva una vida.
El suicidio, una sombra silenciosa que acecha en los rincones de nuestra sociedad, no es un destino inevitable. Es una tragedia prevenible, una crisis que podemos afrontar con empatía, conocimiento y acción. Más allá de las frías estadísticas, cada número representa una vida truncada, un futuro robado, una familia sumida en el dolor. Entender la magnitud de este problema no es un ejercicio académico, sino un imperativo moral.
Romper el silencio que rodea al suicidio es el primer paso hacia la prevención. Hablar abiertamente sobre este tema no es incitar a su práctica, sino tender un puente hacia aquellos que se sienten aislados en su sufrimiento. Es una invitación a la escucha activa, a la comprensión sin juicios y al apoyo incondicional. La empatía, esa capacidad de ponernos en el lugar del otro, es una herramienta poderosa para desmantelar el estigma y construir redes de apoyo sólidas.
El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) ha intensificado sus esfuerzos en la lucha contra el suicidio, implementando estrategias integrales de detección, atención y seguimiento en todas sus unidades médicas. Un equipo multidisciplinario, compuesto por psicólogos, psiquiatras, enfermeras y trabajadores sociales, trabaja de forma coordinada para identificar las señales de alerta, brindar una respuesta inmediata y ofrecer un acompañamiento continuo a las personas en riesgo.
Los Lineamientos operativos para la atención de personas con conducta suicida, actualizados en 2024, son la base de estas acciones. Estos lineamientos, adaptados a las necesidades específicas de adultos, niñas, niños y adolescentes, proporcionan herramientas estandarizadas para evaluar el riesgo y establecen directrices claras para la atención y el seguimiento de cada caso. La incorporación de estas herramientas desde el Primer Nivel de atención es un avance crucial para una detección temprana y una intervención oportuna.
Es fundamental comprender que la conducta suicida no aparece de forma espontánea. Se gesta en un terreno abonado por el sufrimiento, donde factores como la depresión, la ansiedad, el dolor crónico, el abuso de sustancias, la violencia o las experiencias traumáticas se entrelazan hasta crear una sensación de desesperanza abrumadora. Reconocer estas señales, tanto en nosotros mismos como en nuestros seres queridos, es vital. Frases como "No quiero seguir viviendo" no son exageraciones, son gritos de auxilio que merecen ser escuchados con atención y seriedad.
Prevenir el suicidio no se limita a salvar vidas, también implica reconocer el sufrimiento humano como una realidad que exige nuestra atención y solidaridad. Como sociedad, tenemos la responsabilidad de construir una cultura de apoyo, donde nadie se sienta solo ante el dolor. Hablar del tema con responsabilidad, ofrecer una escucha genuina y facilitar el acceso a servicios de salud mental son acciones que están al alcance de todos.
El suicidio puede no avisar, pero la prevención sí nos ofrece señales y nos muestra el camino. Cada vida es valiosa, y siempre existen alternativas, nuevas posibilidades por explorar. Un futuro con esperanza es un futuro que construimos juntos. El IMSS te invita a sumarte a esta causa, a ser parte del cambio, a tender la mano a quien lo necesita. Recuerda, no estás solo.
Dra. Martha Alicia López Jaime
Coordinadora de Programas Médicos
División de Servicios de Salud Mental y Adicciones del IMSS
X: @Tu_IMSS
Fuente: El Heraldo de México