Inicio > Noticias > Violencia de género
15 de septiembre de 2025 a las 12:10
Justicia para Ana: Ámsterdam se indigna
La trágica muerte de Lisa, una joven de tan solo 17 años, ha sacudido a los Países Bajos y ha encendido un debate crucial sobre la violencia contra las mujeres y la persistente cultura de culpabilización de la víctima. El simple hecho de cuestionar sus decisiones – "¿Por qué iba sola en bicicleta?", "¿Por qué a esas horas?", "¿Por qué vestía así?" – desvía la atención del verdadero problema: la brutal agresión que le arrebató la vida. Estas preguntas, en lugar de buscar justicia, perpetúan la idea de que las mujeres deben restringir su libertad por miedo a la violencia, como si la responsabilidad de su seguridad recayera sobre sus hombros y no en quienes perpetran estos actos.
Es desgarrador pensar que en un país conocido por su seguridad y donde la bicicleta es un símbolo de libertad, una joven no pueda regresar a casa sin temer por su vida. El contraste entre la imagen idílica de Ámsterdam, con sus canales y calles iluminadas, y la cruda realidad de la violencia que se esconde en las sombras, es impactante. La indignación y el dolor que se respira en la sociedad neerlandesa son palpables, y la alcaldesa de Ámsterdam, Femke Halsema, lo ha expresado con contundencia: la seguridad de las mujeres no debería ser un privilegio, sino un derecho fundamental.
La iniciativa de iluminar la ciudad de naranja, bajo el lema "Yo reclamo la noche. Derecho a la noche", es un poderoso símbolo de resistencia y solidaridad. Es un grito colectivo que exige un cambio, que reclama el derecho de las mujeres a transitar libremente, sin miedo, a cualquier hora del día o de la noche. Este acto no solo visibiliza la problemática, sino que también busca empoderar a las mujeres y recordarles que no están solas en esta lucha.
El hecho de que el sospechoso esté vinculado a agresiones sexuales previas subraya la importancia de abordar la violencia de género de manera integral. No podemos seguir tratando estos casos como hechos aislados. Es necesario implementar políticas públicas que protejan a las mujeres, que eduquen en igualdad y que castiguen con severidad a los agresores. La justicia para Lisa no solo implica encontrar y condenar al culpable, sino también construir una sociedad donde ninguna mujer tenga que vivir con miedo.
La comparación con las cifras de homicidios en México, aunque pueda parecer distante, nos recuerda la magnitud del problema de la violencia a nivel global. Si bien las tasas en los Países Bajos son significativamente menores, cada vida perdida es una tragedia y un recordatorio de la urgente necesidad de erradicar la violencia contra las mujeres en todas sus formas. El caso de Lisa no debe ser un caso más, sino un catalizador para el cambio, un llamado a la acción para construir un futuro donde las mujeres puedan vivir libres y seguras. No se trata de restringir la libertad de las mujeres, sino de garantizarla, de crear un entorno donde puedan desarrollar su pleno potencial sin el temor constante a la violencia. La verdadera pregunta no es qué hizo Lisa, sino qué podemos hacer como sociedad para que ninguna otra mujer sufra el mismo destino.
Fuente: El Heraldo de México