El ambiente político en Atizapán de Zaragoza es un hervidero a pesar del poco tiempo transcurrido del actual gobierno. A menos de un año de gestión, las ambiciones políticas dentro del PAN y Morena ya se asoman, desatando una lucha anticipada por la próxima candidatura a la alcaldía. La aparente lealtad al actual alcalde, Pedro Rodríguez Villegas (PAN), parece tener fecha de caducidad, marcada tentativamente para marzo de 2026. A partir de entonces, los intereses personales de los directores municipales se impondrán, iniciando una serie de contrapesos y pugnas internas. Este tipo de "agandalle" político, lejos de ser una novedad, se ha convertido en un deporte predilecto en Atizapán, practicado con fervor tanto por panistas como por morenistas.

Dentro de la administración municipal, un grupo liderado por un panista de la vieja guardia está aprovechando su posición para beneficiarse con negocios turbios a la sombra del poder. Aunque se han realizado esfuerzos por desmantelar esta red de influencias, el grupo persiste, buscando reinventarse y forjando nuevas alianzas. Una figura clave en esta trama es Horacio Roa, actual director de Administración, quien durante el anterior gobierno ocupó el cargo de Contralor municipal, una gestión marcada por señalamientos y escasos resultados. Su paso por la Dirección de Administración no ha sido la excepción. En apenas nueve meses, han surgido irregularidades en el manejo de recursos, particularmente en la facturación de gasolina. Se ha detectado un desfase entre el consumo reportado y el real, obligando a varias direcciones a asumir gastos de combustible casi duplicados. Se rumora que una operación relacionada con la contratación de un sistema GPS para el monitoreo de vehículos municipales no resultó como se esperaba. Aparentemente, el servicio nunca existió, pero se tuvo que fabricar una justificación para cubrir los gastos, sugiriendo la existencia de intereses ocultos detrás de este negocio fantasma. Esta es solo una de las historias que iremos desentrañando con el tiempo. Por cierto, cabe preguntarse qué sucede en la Dirección Jurídica del municipio, donde se han perdido juicios de forma sospechosa, perjudicando al ayuntamiento.

Volviendo al panorama político, la detención en Paraguay de Hernán "N", alias Requena o El Abuelo, presunto líder de la organización criminal La Barredora, ha generado incertidumbre sobre las aspiraciones de Luis Montaño, quien se perfilaba como un fuerte contendiente por la candidatura de Morena a la alcaldía de Atizapán de Zaragoza. La presunta cercanía de "El Abuelo" con Adán Augusto López, actual senador y exsecretario de Gobernación, y los supuestos negocios entre Montaño y López, quien presuntamente había prometido apoyar su candidatura, añaden una capa de complejidad a la situación. ¿Cómo afectará este escándalo las posibilidades de Montaño? ¿Se reconfigurará el tablero político en Atizapán? El tiempo lo dirá.