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15 de septiembre de 2025 a las 06:25
¡El Mejor Pozole de la CDMX! (Mapa Incluido)
Sumérgete en el universo del pozole, un platillo que ha trascendido siglos de historia mexicana, desde sus orígenes prehispánicos hasta convertirse en un símbolo culinario de la independencia. Mucho más que un simple caldo, el pozole es una experiencia sensorial que evoca tradición y sabor en cada cucharada. Su nombre, derivado del náhuatl "pozolli" que significa espumoso, describe a la perfección la textura única que adquieren los granos de maíz cacahuazintle al hervir. Imaginen esos granos blancos, grandes y suaves, creando una danza burbujeante en el caldo, una danza que ha cautivado paladares desde tiempos ancestrales.
Las historias que envuelven al pozole son tan ricas y diversas como sus ingredientes. Desde las leyendas que hablan de su preparación con carne humana en rituales precolombinos, hasta las versiones que mencionan la inclusión de carne de xoloitzcuintle, un perro criado específicamente para el consumo, el pozole se ha tejido en la trama misma de la historia mexicana. Independientemente de su origen exacto, una cosa es cierta: este platillo ha conquistado el corazón y el estómago de generaciones.
Hoy, el pozole es una celebración en sí mismo. Un festín que se comparte en fechas especiales, especialmente durante las fiestas patrias. Y en la Ciudad de México, la capital gastronómica del país, existen verdaderos templos dedicados a este manjar. No se trata solo de restaurantes, sino de santuarios del sabor donde el pozole se eleva a la categoría de arte culinario. Desde la tradicional Casa Licha en Iztapalapa, con su ambiente familiar y su receta secreta, hasta la innovadora Pozolería Mexicanísimo en la colonia Del Valle, cada lugar ofrece una experiencia única e inolvidable.
Pero, ¿qué hace al pozole tan especial? Además de su inigualable sabor, la versatilidad de este platillo es asombrosa. Existen tantas variedades de pozole como regiones en México. Desde el clásico pozole blanco, con su delicado sabor a maíz y cerdo, aderezado con limón, lechuga, rábanos y orégano, hasta el intenso pozole rojo, con su toque picante de chiles ancho y guajillo, cada versión es una invitación a descubrir nuevos matices de sabor.
¿Prefieren algo más fresco y vibrante? El pozole verde, originario de Guerrero, con su mezcla de tomates verdes, epazote y pepitas de calabaza, es una explosión de sabores que deleitará a los paladares más exigentes. Y para los amantes de los mariscos, las costas de Colima, Jalisco y Nayarit ofrecen un pozole único, con un caldo de camarón que combina a la perfección con pulpo, pescado y callo de almeja.
Incluso aquellos que siguen una dieta vegetariana pueden disfrutar de la magia del pozole. Existen versiones elaboradas con champiñones y setas, que conservan la esencia del platillo sin sacrificar el sabor. El caldo, preparado con hojas de laurel, ajos, cebolla y chile guajillo, se convierte en el lienzo perfecto para la textura y el sabor de los hongos.
Así que la próxima vez que busquen una experiencia culinaria auténtica, no duden en adentrarse en el mundo del pozole. Un platillo que no solo alimenta el cuerpo, sino también el alma, con su historia, su tradición y su inigualable sabor. En la Ciudad de México, la ruta del pozole los espera, con una infinidad de opciones para descubrir y disfrutar. ¿Están listos para el viaje?
Fuente: El Heraldo de México