15 de septiembre de 2025 a las 22:50
¡Alerta! Cajeras roban millones
La tranquilidad de hacer la compra se ve empañada por nuevas formas de estafa que, como un virus, se propagan de un país a otro. Lo que comenzó como un incidente aislado en un pequeño supermercado de La Plata, Argentina, donde dos cajeras fueron denunciadas por su dueña, ha trascendido fronteras. El modus operandi, simple pero efectivo, se replica ahora en otros comercios e incluso en ámbitos como la administración de edificios, poniendo en alerta a consumidores y propietarios por igual. La confianza depositada en quienes nos atienden se convierte en el arma perfecta para estos delincuentes.
El método es engañosamente sencillo: al momento de pagar, las cajeras, u otros empleados con acceso al manejo de dinero, ofrecen la opción de realizar transferencias bancarias. Sin embargo, en lugar de proporcionar la cuenta del comercio, proporcionan sus datos personales. El cliente, confiado, realiza la transacción, creyendo haber cumplido con su obligación, sin sospechar que el dinero va directamente al bolsillo del estafador. El supermercado, o la empresa en cuestión, no registra la venta, y el cliente, al reclamar, se encuentra con un vacío legal difícil de sortear.
Este esquema, que se ha detectado también en México, no se limita a las compras en supermercados. Imagine pagar el mantenimiento de su edificio mediante transferencia y descubrir, semanas después, que el dinero nunca llegó a la administración. El administrador, utilizando el mismo ardid, se ha apropiado de los fondos, dejando a los vecinos con la responsabilidad de cubrir nuevamente el gasto.
Ante esta creciente amenaza, la precaución es nuestra mejor aliada. No basta con la buena fe, es crucial verificar cada detalle antes de realizar una transferencia. En primer lugar, debemos confirmar la identidad del destinatario. Si se trata de una empresa, el nombre de la cuenta debe coincidir con el nombre de la empresa. Si aparece un nombre personal, aunque pudiera ser el del dueño, es una señal de alerta que justifica una indagación más profunda. No dude en solicitar información adicional o corroborar los datos con la administración o gerencia del establecimiento.
El segundo punto clave es exigir un comprobante de pago. Este documento no solo justifica la compra o el pago del servicio, sino que también proporciona un registro con la fecha, el monto y el destinatario de la transacción. En caso de cualquier irregularidad, el comprobante será una prueba fundamental para reclamar y recuperar su dinero.
Finalmente, y quizás el consejo más importante: no realice la transferencia hasta tener la absoluta certeza de que el dinero llegará a su destino legítimo. Si existen dudas, por mínimas que sean, es preferible buscar otra forma de pago. Recuerde que, además del dinero, está compartiendo información personal que podría ser utilizada para otros fraudes.
La prevención es la clave para proteger nuestro patrimonio. Informarse, estar alerta y desconfiar ante cualquier irregularidad son las mejores herramientas para evitar caer en estas trampas. No permita que la comodidad de las transferencias bancarias se convierta en una puerta abierta para los estafadores. Proteja su dinero, proteja su tranquilidad.
Fuente: El Heraldo de México