15 de septiembre de 2025 a las 07:25
Accidente en Coyoacán: Mira el Video
La noche del 14 de septiembre se tiñó de drama en el cruce de División del Norte y Candelaria, alcaldía Coyoacán, cuando la velocidad desmedida transformó un trayecto rutinario en un escenario de impacto y preocupación. Un automóvil compacto, convertido en un proyectil metálico, se estrelló violentamente contra dos postes de electricidad, dejando a su paso una estela de chispas, cables rotos y la incertidumbre sobre el destino de sus ocupantes.
Testigos presenciales, aún conmocionados por la escena, narraron cómo el vehículo, desafiando los límites de la velocidad permitida, perdió el control en la transitada intersección. La fuerza del impacto resonó en la noche, alertando a vecinos y transeúntes que, incrédulos, se acercaron al lugar del accidente. El metal retorcido del automóvil, abrazado a los postes de luz, se convirtió en un crudo recordatorio de la fragilidad de la vida ante la imprudencia.
Dos personas, entre ellas el conductor del vehículo siniestrado, quedaron atrapadas entre los restos del impacto. Sus rostros reflejaban el dolor y la confusión del momento. La rápida respuesta de los servicios de emergencia fue crucial. El Escuadrón de Rescate y Urgencias Médicas (ERUM) se desplegó con la celeridad que caracteriza su labor, brindando los primeros auxilios a los heridos y estabilizándolos para su traslado a un hospital cercano. Cada minuto contaba en la lucha contra el tiempo y las posibles consecuencias del accidente.
Mientras los paramédicos trabajaban incansablemente, elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) acordonaban la zona y se esforzaban por agilizar el tránsito, que se había visto interrumpido por el incidente. Las luces de las patrullas parpadeaban en la oscuridad, creando un ambiente de tensión y urgencia. A su vez, los bomberos de la Ciudad de México, con su experiencia y profesionalismo, evaluaban los daños en los postes eléctricos, previniendo posibles riesgos para la población y asegurando la estabilidad de la infraestructura afectada.
Este incidente nos recuerda la importancia de la responsabilidad al volante. La velocidad, convertida en un arma letal, puede transformar una noche cualquiera en una tragedia. Respetar los límites de velocidad no es una simple norma de tránsito, es un compromiso con la vida, la nuestra y la de los demás. La prudencia y la conciencia son los mejores aliados para transitar por las calles de nuestra ciudad y evitar que escenas como esta se repitan. Aún se desconoce el nombre del conductor y la gravedad de las heridas de los afectados, pero este suceso nos invita a reflexionar sobre nuestras acciones al volante y a priorizar la seguridad vial por encima de cualquier prisa. ¿Cuántos accidentes más serán necesarios para comprender que la velocidad no es sinónimo de libertad, sino un potencial peligro que acecha en cada esquina?
Fuente: El Heraldo de México