14 de septiembre de 2025 a las 05:30
Tesoros musicales ocultos de Bowie, Beatles y Sonic Youth.
Adéntrense en el universo creativo de David Bowie, un viaje más allá de la música, más allá del glam, un viaje al corazón mismo de la innovación artística. El recién inaugurado Centro David Bowie en el V&A East Storehouse de Londres nos abre las puertas a un tesoro invaluable: la memoria tangible de un ícono. No se trata simplemente de una colección de objetos, sino de un portal a la mente de un artista en constante ebullición. Imaginen tener ante sus ojos los trajes que dieron vida a Ziggy Stardust, Aladdin Sane y tantos otros personajes que poblaron el imaginario colectivo. No son simples prendas, son la piel de la transformación, la materialización de la metamorfosis constante que definió a Bowie.
Pero la magia no se detiene ahí. Sumérjanse en la intimidad de sus manuscritos, descifren las letras garabateadas en un momento de inspiración, sientan la energía creativa fluir a través del papel. Lean sus cartas, escuchen su voz a través de las palabras, comprendan la complejidad del hombre detrás de la máscara. Y qué decir de la lista recién descubierta, ese "Memo para el programa de radio", un mapa personal a través de sus influencias musicales. ¿Qué canciones resonaban en la mente de este genio? ¿Qué melodías moldearon su universo sonoro? Cada título es una pista, una pieza del rompecabezas que nos permite reconstruir su paisaje interior.
Pero el verdadero tesoro, la joya de la corona, es quizás el descubrimiento de "The Spectator", un proyecto inacabado que nos revela una faceta desconocida de Bowie, su pasión por el siglo XVIII, su fascinación por la sátira social y la corrupción. Un musical que nunca vio la luz, pero que ahora, a través de sus notas y bocetos, nos permite vislumbrar la inagotable fuente de su creatividad. Imaginen a Bowie sumergido en la historia, recreando la atmósfera de una época, dando vida a personajes olvidados. "The Spectator" no es solo un proyecto inconcluso, es una ventana a las infinitas posibilidades que habitaban en su mente.
El Centro David Bowie no es un museo, es una experiencia. No se limita a mostrar, sino que invita a explorar, a descubrir, a conectar. Más de 70,000 fotografías, 400 trajes, 150 instrumentos, letras manuscritas, correspondencia personal… Cada objeto es una pieza de un mosaico monumental, una pincelada en el retrato de un artista irrepetible. Y gracias al servicio "order an object", la experiencia se vuelve aún más personal, permitiéndonos profundizar en aquellos aspectos que más nos intrigan. Es una oportunidad única para acercarnos a la esencia de Bowie, para comprender la magnitud de su legado, para celebrar la vida y obra de un artista que trascendió las barreras del tiempo y el espacio. No se pierdan la oportunidad de sumergirse en este universo fascinante. El Centro David Bowie les espera.
Fuente: El Heraldo de México